Se dejaron llevar

Esperaba con la suavidad y con ternura, como se espera un beso.

El tiempo había pasado ante el color de sus ojos transformándolo en un azul intenso.
La caricia que resbalaba por su piel blanca era como el mundo erizado ante una sensación intíma.
El roce de sus sábanas al despertar recordaban el amor que nunca entró en su intimidad.
Pero sus pensamientos iban rodeados del más bello halo que como si de un nimbo se tratara les protegía con el cariño de su amor.

En aquella mañana tranquila, sin apenas oir un sonido, esperaba el murmullo de la voz de su amado, para enviarla al más profundo de los sueños, en el cual se rozarían suavemente,con pasión y a un ritmo que marcara el movimiento de su cuerpo, lentamente zambulléndose en el más profundo sentir, y al mismo tiempo dejando entre ellos una ligereza como si de una brisa suave se tratara.

Estaban en su despertar, no habían tenido antes ninguna oportunidad, y ahora disfrutaban el calor que mezclado de una brisa tibia les llevaba al más lejano estremecer. Sus cuerpos estaban receptivos e imaginativos, era un lugar donde no cabía el pensamiento, simplemente como amantes se dejaban llevar, por primera vez en un lugar donde apenas reconocían y apenas importaba.