viernes, 29 de julio de 2011

Amor en silencio





La vida transcurría lenta en aquella habitación sin luz, sentía el deshaliento por la crudeza de la vida. Las pocas fuerzas para luchar iban asomando día tras días, no tenía esperanza ni ilusión, ya no creía en sí mismo: se sentía un ser incapaz de amar.

Tarde tras tarde, perdida la esperanza, escribía toda su tristeza: su incapacidad por ser feliz y su impotencia, para poder abrirse a la vida. Y allí sentado en un escritorio a puño y letra, mostraba sus pensamientos desnudando su amargura.

Sonia, le visitaba todas las tardes, -ella leía un libro inacabado-.

Las tardes transcurrían lentamente, ella leía un libro, y el escribía. Sus textos estaban dedicados al amor por Sonia, pero jamás se lo diría. Él pensó que quizás ella podría intuirlo, aún así, ellos nunca hablaban de nada, -dejaban pasar el tiempo-.

En aquella soledad acompañaba, donde el sonido hacia acto de ausencia, se respiraba una profunda paz.

Terminada la tarde Sonia volvía a su casa paseando, pensaba en los relatos de su amigo, aquellas visión pesimista pero a la vez sincera de la vida, le daba confianza para creer que existía una autenticidad de pensamiento y creencia. Eso la reconfortaba en todo su ser.

Le amaba, en silencio, pero con el tiempo...no pudo continuar, notó que conforme pasaban los días, esa necesidad de ir a su casa a leer sus relatos, se hacía cada vez más vacía; necesitaba más.

La simple necesidad de un beso, un abrazo, poder oir el sonido de su voz,- tenía carencias afectivas-.

Una tarde Sonia decidió pasar por el umbral de la puerta de su jardín, pero decidió darse la vuelta y no entrar. Así puso punto final.

Él, ni la vió, estaba tan ocupado en su escritura, pero mejor dicho en su soledad y en su pesimismo, que ni se percató que estaba fuera. Al rato extrañado se levantó y miró por la ventana, tampoco percibió el polvo que se acumulaba, -no le importaba las cosas superfluas- para él, era más importante su mundo interior.

Pasaron las tardes, su soledad ahora era más profunda, pensaba en Sonia, y sus lágrimas lo confirmaban tarde tras tarde, pero como era normal en él, no se pronunció, no la llamó, no se hizo el sonido, ni luchó por buscarla. En su triste soledad, él sabía que ella jamás volvería, y en aquella habitación nunca volvío a brillar ni un tímido rayo de sol.






















REM - Shiny Happy People Rehearsal # 2 - 1991

lunes, 25 de julio de 2011

Una salida


Encontrar una salida sin pensar, ahora en este instante, ahora que estoy estancada en un mundo cerrado, donde no encuentras escapatoria, buscas y rebuscas, y vuelves a caminar, tus pasos siguen el sentido del instinto, y piensas lo fácil que sería si hubiera una puerta donde a través de su vano poder escapar, pero no hay salida.

Es más complicado que todo esto, es más complicado, pues no es material, es una escapada a otra situación, a otro mundo, no importa, porque todo se queda parado, y el tiempo no pasa, apenas tengo fuerzas para hablar, da igual quizás ya nadie espere, quizás no hay salida, es mejor dejar pasar la vida. No anticipar nada, seguiré andando, y mirando, buscando ese rayo de luz que me pueda iluminar, y me lleve a esa salida, y no sé si iré sóla o querrás venir conmigo.

miércoles, 20 de julio de 2011

Luchó



Dormida su mente, estaba cansada, sin fuerzas, aquella sensación de derrota, había fumigado el último interés por una lucha. Una lucha que nunca llegaba a nada, en ella había puesto su empeño en un fin, pero los vientos en contra la había dejado sin apenas energía.

Caminó por la arena, con pasos fuertes, pero se hundían sus huellas, subió a una montaña venciendo al mal tiempo: lluvia y truenos, sus manos empezaron a sangrar.

Quería demostrar que podía, que necesitaba luchar contra los elementos, y aquella fogosidad en su brazos lanzándose al infinito, donde no hay más lugar, allá donde no se termina la nada.

Y tras duros días de trabajo, de empeño y viviendo las sensaciones más ingratas en su piel. Puso su pie.Pisó y llegó, a donde ella no había pensado, a lo más lejano e increible, y todo fue por volver a ver su mirada.

El tiempo en tus brazos.



Es en este viaje de mi vida, donde puedo estar junto al mar, el sol, depositarme en la caricia de tus besos, en tu olor, y el fugaz significado de tus palabras.

En este viaje...

donde cae la tarde, pacífica, sin grandes complicaciones, te sientas al lado mío, y te escucho, sólo hago eso, mirarte escucharte. Me doy cuenta que tus palabras son susurros en mis oídos, y respiro me relajo, no oigo nada más, el sonido de la naturaleza se ha pausado -como yo-, y encuentro en tu voz la medicina que calma mi espíritu. No quiero oir nada más, sólo prestar atención a tus palabras, las cuales entran en mi ser y me dejan descansar.

Finalmente me abrazas, tan despacio, que el tiempo pasa lento y se agradece. Me escuchas y me siento relajada, pero no me apetece hablar, sólo quiero que me abraces, me acaricies lentamente, hagas el tiempo pasar en tus besos, y pueda cerrarlos quedarme dormida en tu abrazo. Sentirte y pensar lo mucho que te puedo llegar a amar

martes, 19 de julio de 2011

Coldplay - Fix You






when you try your best but you don't succeed
when you get what you want but not what you need
when you feel so tired but you can't sleep
stuck in reverse

and the tears come streaming down your face
when you lose something you can't replace
when you love someone but it goes to waste
could it be worse?

lights will guide you home
and ignite your bones
and I will try to fix you

high up above or down below
when you're too in love to let it go
but if you'll never try, you'll never know
just what you're worth

lights will guide you home
and ignite your bones
and I will try to fix you

lunes, 18 de julio de 2011

Compañeros de oficina IV

Al llegar a la oficina, luchando entre la razón y el ímpetu de lanzarse a lo que en realidad sentía, decidió armarse de valor, entrar por la puerta y al encontrasrse con Gabriel....

nada, no pasaría nada, puesto que...

sus piernas empezaron a flaquear, tenía que encontrar el valor para decirle que le gustaría hablar con él de una manera sensata, seria, como dos adultos y confesarle que ya no podía más, que quería pues eso, la pura verdad, no volver oir hablar de las fulanitas, ser ella algo para él, que le demostrara que ella era algo especial, y que sobresalía de las demás,

porque para eso ella siempre estaba ahí, escuchándolo, apoyándolo, sintiendo todo ese amor y....

.........no puedo, no puedo decir todo eso, ¿de qué serviría?, puede que sólo alimente su ego y no cambiaría nada, además, sí no me lo ha demostrado ya...¿qué podría esperar de él?

Llegó a su silla, se sentó en su mesa y se quedó muda, bloqueada, sin levantar cabeza, entonces descubrió una chica huidiza, con mucho miedo, miedo de que la rechazara, miedo de que al hablar de otras mujeres, ella no pudiese con eso, miedo a ella misma quizás...

Pasaron varios días, Gabriel la encontraba rara, ausente, a veces apenas le hablaba, otras veces, sólo gastaba alguna broma graciosa para salir del paso sin querer ahondar mucho en el tema, por miedo a que le hablara de otras chicas.

Y entonces..pasó...

Él la miró, le dijo que no podía el tampoco, que no quería verla así, que prefería saber la verdad.

Y fue el momento, ella no calló más, soltó sin pensar todos sus sentimientos porque estaban tan ahogados y vencidos que ya nada importaba, que sólo necesitaba dejarlo salir de sus adentros.

Y la miró..y pensó: que aunque no entendió mucho el atropello, pero sí sabía que le amaba.

Y ahora entre nervios y sin saber nada más, ni importar, se besaron...creo que ya no volvería a hablar más de fulanitas.

Little Scout // We Are Walking Out from Byron Quandary on Vimeo.

¡Qué bonita, yo!



La he leído en un comentario , y te la he medio robado. Es preciosa.

:)

domingo, 17 de julio de 2011

DECIMATERCERA PARTE


De camino al hospital y escoltada por dos policías algo pretenciosos. Eva notó que el dolor de cabeza atormentaba en pinchazos su débil cráneo. Ella se notaba tensa no sabía muy bien si por el dolor o por la presión de los acontecimientos a una velocidad que le daba vértigo.

Un halo de ilusión se dejaba entrever en su rostro, no podía olvidar lo pasado con Óscar, es como si al estar junto él, su seguridad aumentara, y se sintiese con un corazón con ganas de volver a ilusionarse por el amor. Lo único que la menguaba era la situación tan horrorosa que estaba viviendo, que no la permitía ser feliz y disfrutar del momento.

Por otro lado y desde un punto más práctico, intentó reconstruir la situación y así comenzó a pensar en todo lo que había ocurrido y en Tempelton. – estaba claro que le interesaba algo que llevaba en su bolsa- pero por más que miraba los objetos, no entendía el qué y por qué. Su cabeza pensaba en Javier, todo le parecía extraño.

Lo primero que no entendía era aquella desaparición de su cuerpo, por otro lado buscaban algo, -eso está claro que era algo que ella poseía - y esa extraña casualidad que Javier de repentino interés, quisiera dejarla tan de golpe…no le cuadraba.

Pero le costaba mantener su cabeza en orden, eso no le impidió que visionara las fotografías del cajón de Óscar, le parecía todo muy familiar.

-¿Por qué unas fotos de él, le recordaban a parte de su vida con Javier? -seguía absorta mirando por la ventanilla. Y la foto con esa ventana con ese colorido-¿de dónde provenían?- pensaba muy concentrada, pero no recordó.

Y así continúo haciendo un esquema mental pensando que ella había atravesado personalmente esas calles y esa ventana la había visto alguna vez, seguro….

Al cabo de unos minutos, casi llegando al hospital, allí estaba en aquel coche, observada por unos policías con cara de obtusos, y cierto talante de pena hacia ella -no podía evitar ponerse enferma, de solo mirar-. En ese momento el coche frenaba en el hospital.

Al entrar un médico la esperaba, le realizó el rutinario chequeo general, y se centró en la cabeza, también comprobando sus reflejos.

-Señorita Eva- comenzó hablando el doctor- todo parece correcto, aun así le voy a hacer unas preguntas porque aunque tiene una inflamación y es normal por el golpe, le voy a recetar un ibuprofeno que le remitirá la inflamación pero querría saber si usted recuerda bien todo lo acontecido antes del golpe y sabe con perfección a quién vio y qué le dijo, y si recuerda con normalidad su vida anterior.

- Doctor –dijo exaltada Eva-mire recuerdo todo pero aun así me siento en algunos momentos con cierta confusión y me bloqueo en el recuerdo.

-Está bien, eso puede ser a causa de un impacto psicológico por todo lo ocurrido, se puede pasar en unos días, si aún así no se le pasara por favor señorita vuelva de nuevo a verme.

Un placer doctor.

A la salida del hospital, la volvía a recoger los policías. Ahora su mente volaba pensando en su nueva ilusión.

Las dudas son inevitables cuando empiezas algo, pero cuando empiezas algo tan intenso como lo vivido con Óscar, desde luego era todo muy confuso. Como mujer había sentido un intenso deseo quizás que provenía como un grito ahogado que permanecía comprimido en su interior y había salido como fuego de su cuerpo para lanzarse a sus brazos,(situación que había sido felizmente correspondida). Pero ahora se preguntaba sí esa pasión podría significar una revelación de amor o sólo un deseo fugaz.

Algo en su interior le hacía pensar que era sincero.

DECIMOCUARTA PARTE


Óscar volvía de la supuesta jefatura de dejar unos papeles (al menos esa fue su excusa para Eva y ella así lo creía). Cuando de vuelta se reunió con Eva.

De pie, con mirada fija la llamó:

-Eva, ya puedes bajar del coche, y dime ¿cómo ha ido todo?.

Hola Óscar –Eva lo miraba con alegría-bueno, creo que ha ido bien, está todo más o menos normal, dentro de esta extraña normalidad.

-¡Eva! –se apresuró a decir-. Me gustaría tomar algo relajado contigo, me gustaría hablar contigo.

-Sí, vayamos a pasear, necesito un paseo tranquilo mejor, sí te parece bien, claro.

-Bueno pues, paseemos pues.

La tarde se tornó con viento, la luz desaparecía por momentos y se iba cerrando el día, ese viento en la cara, hizo que por asombro se despejara la piel de ambos, y el pelo moreno y ondulado de Eva, se movía al viento dando sensación de enorme libertad.

Apenas llegaban las palabras. Óscar iba en silencio, pensaba lo hermosa que podía llegar a ser, porque esos ojos expresaban un claro de sinceridad e impotencia, que la hacían auténtica en todos los aspectos.

Meneaba su cabeza, para no mirarla del todo, porque sentía un poco de culpabilidad, no entendía cómo se había permitido hacerla sufrir y defraudar a una chica que sólo mostraba ingenuidad por todos los poros de su piel.

-Eva, preciosa-rompió el silencio.

-He pensado que podríamos hacer algo especial, algo íntimo y nuestro -susurraba al hablar.

-Me apetecería llevarte a un lugar de ensueño, tener una cena íntima en un bonito hotel y luego disfrutar de una relajación en un spa. -¿Te parece atrevido?-. No digas nada todavía- volvió a apresurarse en sus palabras.

-Tiene que ser un día especial en nuestras vidas, como un comienzo. Al igual que cuando se comienza una nueva etapa, para olvidar el pasado tortuoso.

-He pensado dejarte en mi casa, para que te puedas arreglar un poco , quiero decir que me gustaría que empecemos la cena llevando puesto los objetos más personales que nos puedan identificar, aquello que son los que nos identifican en nuestra vida.

-Sí, que buena idea.-sonrió Eva-, pero lo malo es que sólo llevo este vestido, pero no me importa me gusta, voy cómoda.

-Pues te dejo en casa, te doy tu tiempo y mientras voy a comprarme alguna cosilla que me guste, nos vestimos y mientras reservo ¿te parece bien?, ¿quieres que te regale algo bonito?, ¿te gustaría acompañarme?-las preguntas se agolpaban no sabiendo muy bien el protocolo de la situación

-Sí, Óscar, me parece un sueño, pero no me compres nada, ya habrá tiempo otro día más tranquilamente, ahora quiero descansar un poco.

Sin más tardar, Eva subió a casa de Óscar, aquella casa le imploraba los más íntimos sentimientos, su olor, su calidez, y sus sensaciones nuevas.

Era como un sueño. Se sentó un instante en el sofá y se quedó durmiendo.

Al despertar había pasado tan sólo varios minutos, y fue a tomar una ducha, se duchó así sin más, sin aceites, ni aromas, quería impregnar su olor personal, y además no veía nada femenino en el cuarto de baño de Óscar, que pudiera agradecer su pie, y puesto que las palabras de Óscar hicieron huella en su conciencia, quiso pensar que era una persona nueva. Y le hizo caso.

Volvió a mirar su cuerpo como si lo estuviera descubriendo por primera vez, su piel era más suave de lo que pensaba, y sus curvas parecían más voluptuosas de lo que había apreciado, se sentía sexy y deseada por un hombre que le gustaba tanto que se avergonzaba de sus pensamientos.

Luego no se secó con la toalla dejó que el aire la vistiera. Volvió a la habitación y escogió un vestido que llevaba puesto por suerte era un vestido que compró cuando se independizó, y claro….dentro de su bolso, atado con una cuerdecita, un pequeño estuche de trapo, donde dentro tenía los pendientes que le regaló su padre.

Mientras tanto Óscar, llegó con la ropa que había comprado y se vistió con un polo azul marino y unos vaqueros que le sentaban muy bien, unos zapatos negros de cordoneras, y un ancho cinturón de cuero marrón; estaba de lo más sexy. Esperaba impaciente a Eva desde la otra habitación, queriendo escapar alguna mirada a través de la puerta, pero no lo hizo.

Y aunque no le podía decir nada, aún así, él aguardaba cerca de aquella puerta a que ella terminara tranquila.

Eva, se colocó los pendientes, pintó sus labios de naranja clarito y resaltó sus pómulos con un colorete casi inapreciable, sus ojos se cubrieron de una línea negra tan fina que la marcación en su contorno de ojos, nos mostraba un estilo de lo más elegante, finalizó dorando sus pestañas un poquito. Frente al espejo se sintió fresca (por suerte para ella, siempre llevaba en su bolso, un estuche de maquillaje-era muy previsora-)

Girando su vista hacia el vestido, se lo colocó despacito, entonces se percató de lo bien que le sentaba, puesto que no era un traje ceñido que presionara sus curvas, esta vez no quiso que le compararan uno nuevo, le gustaba el que llevaba puesto, era traje suelto, sencillo, de color naranja, con florecitas, le daban un aspecto informal y alegre, lo quiso combinar con un peinado juvenil, qué mejor que unos recogidos, escapándose algunos rizos.

Estaba diferente.

Óscar la miró como si fuera un ángel, (siempre tenía esa bonita sensación) y cada vez se reafirmaba más en este pensamiento, estaba seguro que esta chica tenía un aire diferente.

Eva, le miró con cierta picardía, al encontrar esos ojos que la contemplaban con admiración.

-Hola Óscar de nuevo –dijo Eva, sonrojada. –Estás muy guapo..entonces..pues … ¿nos vamos?.

Adelante señorita, vayamos a cenar.

Al entrar al restaurante había un pequeño jardín con una fuente,- desde luego era un hotel precioso; y al detalle.

Pero Eva, tenía cierta mirada incierta y prosiguió a decir:

-Tengo miedo Óscar- le miraba con tristeza.

-¿Por qué Eva? , ¿A qué tienes miedo?

- A despertar.- continúo diciéndole a Oscar.-Verás, no soy una niña tonta, soy una mujer y todo esto me parece algo precioso, pero irreal, o quizás es que crea que esta clase de cosas no me pueden pasar a mí.

-No temas, no te voy a dejar.- La miró con gran ternura, como si estuviera delante de una niña indefensa y le colocó un brazo sobre sus hombros.

Unos pasos más y llegaron a la mesa. Y más relajados charlaron, rieron y se creó un ambiente distendido e incluso se besaron con delicadeza, como dos completamente enamorados.

Al terminar, decidieron ir al spa.

Óscar la miró con ese aire interesante que tienen los hombres cuando desean a una mujer.

-Eva, ahora nos toca la sorpresa, el médico me ha comentado que para que estés relajada no hay nada mejor que un jacuzzi.

-Ja, ja, sí, el médico ¿verdad?, ya decía yo que era buen médico.

Al llegar al spa, se encontraron varias parejas relajándose en el agua, y algunas familias. De repente Eva cayó en la cuenta de que…

-¡Óscar, llevo los pendientes que mi padre!, los cuales, me regaló al cumplir 18 años, me da miedo que se pierdan por las burbujas y además tengo la tuerca un poco suelta.

-No te preocupes Eva, subo un momento a la habitación y los guardo en la caja fuerte, espérame ¿vale?.

-Oh, qué buena idea, muy bien espero aquí relajada.

Fue el momento perfecto, Óscar subió rápido a la habitación y dejó los pendientes en la caja fuerte, no sin antes abrirlos ya que en su forma de cajita azul, se encontraba el chip.

-Sí, dijo para sus adentros, está como me dijo Gorka.

Acto seguido, bajó al spa a relajarse con Eva, estando ella ajena a la tetra de su amigo.

Pasaron un par de horas disfrutando del agua, de la sensación de relajante y jugaron con sus brazos y piernas y se besaron dulce y placenteramente, hasta que terminaron con un tranquilo masaje, que estimuló sus sentidos.

Al llegar a la habitación, no hubo cabida para las palabras, hicieron el amor de la forma más dulce, excitante y amorosa que jamás pudieron imaginar.

DECIMOQUINTA PARTE



A la mañana siguiente, Óscar con el chip guardado, esperó que Eva se levantara con un cálido beso de buenos días, amanecieron abrazados. Desayunaron, aunque algo extraño pasó por la cabeza de Óscar, estaba serio y distante, se sentía falso de alguna manera y puede que incluso culpable. Apenas hablaron en el desayuno, y Eva lo miraba con desconcierto pero también calló.

-Eva,- le dijo Óscar por fin y un poco nervioso- tengo que hacer unas gestiones, pero prometo venir a la hora de comer, mientras tanto sal por ahí, cómprate algunas cosillas y descansa tranquila.

Tal y como había quedado con Gorka, volvería a pasar por aquella calle, y miraría a aquella ventana…

Todo estaba planeado, cogió rápidamente su coche deportivo y volvería a la nave industrial abandonada de aquel polígono a las afueras de la ciudad.

Ahora Gorka vestía como una especie de rapero perdido de la nada, y Óscar le reconoció fácilmente.

-Como quedamos he cumplido con mi parte, aquí tengo el chip –dijo Óscar con cierto talante de seguridad.

-No esperaba menos de ti –reía con cierta voz ronca.

-Dime, ¿te han seguido?.¿Crees que Eva a sospechado?.

-No, y no –ni me han seguido, ni ha sospechado nada.

-Veo que el papel de galán te va que ni pintado. -¿La tienes en el bote? Ja, ja –volvía a reírse con ironía.

Óscar, sintió una repulsión horrible ante la risa despiadada que oía como eco retumbante en sus oídos.

No podía creer aquella crueldad, pero tampoco podía esperar otra cosa de una persona que se dedica al engaño.

Óscar, no tenía ganas de escuchar nada más imaginaba que aquel chip taparía a mucha gente implicada, y aquellos hombres buscaban no sólo no divulgar la información, quizás seguir con su plan mucho más allá, y proseguir con el caos, y donde mucha gente inocente pudieran ser utilizados como cabezas de turcos. Tras esta reflexión, su conciencia se retorcía de alguna manera.

Finalmente dio media vuelta y con un aire de orgullo, le dijo que no volvería a verse más en aquel sitio.



Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...