martes, 14 de junio de 2011

Zero from Zealous Creative on Vimeo.

Compañeros de oficina II


Esa mañana, se levantó como el que se levanta con una pesa encima, sabía que debía evitar ir a la cafetería para verle, pero paró un momento y pensó -¿qué será lo que siempre me hace olvidar todo el daño que me hace y me empuja a él sin pensar?-¿podría ser una adicción como el chocolate?. Me llamo Laura y soy adicta a Gabriel....buff ¡qué chorrada! pero .....sí, hay algo que me hace excusarle, y me lanza una y otra vez sin compasión.

No es bueno tener enganche con nadie, pero creo que estoy enganchada a él y creo que él lo nota.

-Pero sí lo notara, no creo que me hablara de sus amores, sería muy fuerte, y de mal corazón.

Quizás se rie de mí, no teniendo ningún detalle conmigo y diciendo frases que me duelen, o quizás no sepa lo que siento, puede que crea que para mí no fue nada, no significó nada, suelo ser poco comunicativa.

-Ay dios..¿qué me pasa?, estoy medio tonta, y yo era muy lista.

No voy a ir a la cafetería, me voy a cortar los pies si me guiaran para allá, no puedo ir.

O,mejor ¿debería hablar con él?..buff, me moriría de verguenza.

-¿Estoy volviéndome medio tarumba?.

No voy a hacer nada, me muero de ganas de verle, pero voy a poner distancia por un tiempo al menos.

jueves, 9 de junio de 2011

Compañeros de oficina I




La noche mecía como siempre olor a decepción. Ella llegaba cansada del trabajo, y lo único que la calmaba era un chocolate caliente, sentía una gran adicción, no tenía sangre en su cuerpo pero sí onzas de chocolate derretido. Soñaba con chocolate derretido en naranjas, y le endulzaba un poco la vida.

No sabía, el motivo de sentarse en el sofá y encender el ordenador, era como comprobar que había terminado bien su trabajo, una especie de último cuadre o balance. No sabía el porqué de la horrible manía de volver a comprobar su móvil para ver si quedaba alguna llamada perdida de algún cliente, o del horrible de su jefe, que se empeñaba en martirizarla por la noche.

Ya está, su chocolate, su ordenador cerrado, y el móvil desconectado.

Ahora podía permitirse el lujo de un baño caliente y pensar en Gabriel, -sí, el mismo chico con nombre de arcángel-(que de bueno tenía poco). Hoy mismo le había contado su historia de rollo con una chica durante el fin de semana. ¡Dios mío! -se atormentaba su cabeza ¿para qué demonios se liaría con él?. En el fondo de su pensamientos, ella sabía que era un chico de rollo, que nada iba a cambiarle, -ni tan siquiera ella- por mucho amor que le procesara. Pero así somos las mujeres....confiamos porque amamos, no porque seamos menos inteligentes, en realidad somos más sensibles.

Ahora en su baño, había pensado llamarle, sentía unas ganas infinitas de oir su suave, voz, la que la había enamorado, tan dulce y sutil, y la que le hacía relajarse y dormir en las noches de pasión.
Pero no era posible, no debería hacerlo, no porque el no quisiera oir a su "rubita sexy" como la llamaba (un apodo muy típico en algunos hombres), no, no era eso. No quería porque sabía que en el fondo todo serían ilusiones inútiles, él vivía feliz sin mover un dedo por ella. ¡Era una idea absurda! . Pero no podía evitar sentir la tentación, ahora que estaba bajo el agua relajada, imaginaba el poder de su boca, aquellos labios que la hechizaron. -¿Por qué no me querrá?-se repetía con pena. Unas lágrimas cayeron por sus mejillas, -eran lágrimas que apenas tenían fuerza-, se deslizaban en su piel, con ese aroma salado, sin apenas mostrar su presencia. No se daba cuenta que estaba llorando, que sí le quería, pero no aguantaba imaginarle con otras, aunque era lo que había y ella lo sabía, su mente se llenaba de pesadillas, imaginándole con otras. Daba vueltas a su cabeza, quizás la chica que ha entrado a la oficina y le ha sonreído, puede que con ella....o mirando su facebook, pues la morena que le manda un beso y espera verle en el pub...pues con ella quizas....



Salió triste de su baño y relajada, sabía que lo podría ver por la mañana desayunando antes de entrar a trabajar, pero no...mañana llegaría después, no tenía más remedio, era su manera de evitarle para olvidar, para no dañarse más, para que él ya no le pudiera hacerla más daño nunca más. Terminar con la falsa de somos compañeros y amigos y dejarlo pasar.

La Tangente - Short Film from Vincent Vesco on Vimeo.

sábado, 4 de junio de 2011

La vida

La vida gira, y a veces a pesar de las rutinas, no sabemos hacia que fin nos traslada. Queremos pensar un mundo planificado e igual, que tengamos nuestras cosas ordenadas y nuestra vida con sentido. Pero el destino no entiende de planes y juega al desorden y nos enmascara las situaciones con sorpresas a veces gratas y otras no tanto, nos pone en el punto de mira, nos prueba, y nos traiciona a su caprichos. En otras ocasiones nos muestra lo maravilloso que tenemos y que no apreciamos hasta que nos sitúa en una situación límite.

¿Qué tenemos seguro?, pues pocas cosas en realidad. Pero también depende de nuestra actitud, de lo que queramos cambiar, de lo que permitamos aprovechar unas situaciones o no, pudiendo hacer una vida estable, o pudiéndonos balancear por los estos vaivenes.

La vida es preciosa y muy dura, no es sencilla, pero nos invade de sensaciones y alegrías que a veces no queremos aprovechar, nos empeñarnos en verlo de una manera cargante, y casi imposible de llevar.

Véamos las cosas claras, acariciemos lo bonito que nos llega, aguantemos con paciencia las tramas e intentemos ser feciles siempre.

miércoles, 1 de junio de 2011

Aquella plaza.

Estando en aquella plaza, donde el sol hacía acto de presencia con sus rayos, dando luz a dicho lugar que sembraba una cierta paz. Apenas paseaba gente, era un día cualquiera como cualquier día de verano, pero todo parecía solitario, a lo lejos un pequeño puerto de pescadores. Sentada en un banco con un libro, apenas sentía ganas de leer, tan sólo quería disfrutar del momento de luz y calor, y dejarse llevar por sus pensamientos, se sentía tan relajada, que sus pensamientos afloraban sin sentido, no pensaba en nada importante, le venían recuerdos, imágenes, momentos pasajeros y la imagen siempre presente de él.

Aquel chico, que siempre ocupaba parte de su mente, que no lograba deshalojar por mucho tiempo que pasara, ya que el frío invierno la había dejado ausente y helada en su recuerdo, el verano asomaba de otra manera más alegre, ya no sentía pena, era un recuerdo bonito, alegre, sin tormentos, ni dolor. Era un bonito recuerdo.

Meneando su pelo alborotado, porque ella no conocía la palabra "peine" (siendo algo que nunca usaba) acariciaba sus mejillas, y sus grandes ojos oscuros se mostraban algo más claros, la palidez de su piel, y su menudo cuerpo, la hacía una persona más débil y frágil ante la mirada de la gente.

Ella no sentía complejo por su pequeño cuerpo, lo lucía con una sonrisa, sin apenas arreglarse mucho, era una mujer sencilla, de gustos algo extraños, que al mundo la hacía un "ser extraño y algo solitario", pero ella no era así, le encantaba sonreir, comunicarse con la vida en general, era un ser sociable, pero algo melancólico.

Un chico la miró, y se sentó con ella, al principio se le antojó algo inusual, pero le miró y sin saber el porqué le sonrió, levántandose y contoneando su cuerpo se alejó del chico, porque en cierta manera le impedía pensar en él, en su amado secreto y ajeno de todo sentimiento.

Aún así, ella estaba feliz, paseando, contemplando, empapándose de la ciudad, de sus edificios con bonitas estructuras urbanas, y del sol que nuevamente iluminaba su cara.



Double Happy from Short of the Week on Vimeo.

Manolito Espinberg: une vie de cinéma from Luis Francisco Pérez on Vimeo.

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...