¿Pensáis que nuestro destino está escrito?. ¿Qué nos suceden cosas, que pensamos que son de manera casual, pero son por una razón determinada?. Por ejemplo, que se nos caiga unas llaves, y que alguien nos la recoja, o que nos manchemos con un café y tengamos que volver a casa. ¿Por qué algunos cogen un tren que va a producir una muerte y otros lo pierden porque se les rompe el despertador, llegan tarde y se pueden salvar?. ¿Acaso la vida es un juego de azar y todos estamos en el mismo juego?. ¿Somos piezas indeterminada en este rumbo que llamamos vida?.

A veces lo pienso, si realmente escogemos nuestras propias decisiones, o si vienen marcadas porque tiene que ser de alguna manera determinada.
Por consiguiente....¿Será cierto eso de que todos nacemos con unas lineas en mano diferentes y personales que marcan nuestra vida desde el nacimiento?.

¡Cuántas preguntas sin respuestas!. Yo creo que algunas determinadas cosas las decidimos pero en cambio otras buenas o malas tienen que pasarnos, por eso todos tenemos momentos increíblemente felices y momentos trágicos, y nadie se salva. Porque aunque pensemos que tal persona por su situación vive muy feliz en realidad no sabemos que problemas internos tiene, qué ha pasado por su vida, o qué puede pasar. Por eso la vida nos pone pruebas para que aprendamos del dolor y de la felicidad. Para que sepamos reconocer y apreciar los momentos felices y nos hagamos fuertes en los momentos cruciales. Todos somos felices y todos sufrimos.
Y en este paseo por el mundo, más vale no preocuparse mucho por las obligaciones porque al fin de cuentas, tenemos que vivir. Pasa el tiempo, pasan los años y el tiempo pasa tan rápido que no nos podemos permitir el lujo de no vivirlo. Y con esto no digo solo a disfrutar de las maravillas del mundo, también hay que estudiar muchísimo, tener mucho conocimiento para saber, descubrir y enriquecernos, porque nuestra memoria, nuestros conocimientos nos harán grandiosos. Nuestra mente como nuestro corazón nunca podrá ser arrebatado por nadie, no nos podrán despojar de lo que somos realmente, por lo tanto hay que cultivarse para poder ver lo que no sea visible a simple vista, y el mundo nos parecerá más fácil, comprensible y entendible.