domingo, 21 de noviembre de 2010

PAUL

Estoy trabajando, pero no me concentro; pienso en muchas cosas, algunas que debo hacer y otras que debería cambiar. Pero cuando amanece parece que no tengo la fuerza de cambiar nada, es como si me conformara con mi momento presente. Parece que ya no tengo ilusión, que dejo correr la vida hacia dónde me lleve, no tengo energía, creo que no soy capaz. Es como si todo me resbalara, pasara delante de mis narices sin afectarme, sin dolerme, sin hacerme sentir.

Me siento vacío.

Es como si me hubieran quitado mi esencia, todo lo que yo era, a lo que yo aspiraba.

Ya no creo en nada, ni en la lluvia, ni en el sol, ni en calor. Me he vuelto frío, carente de sentimiento.

Quisiera decir tantas cosas de mi mundo, que siempre he callado, por no hacer sufrir, por vivir situaciones imposibles que me alegraban el corazón.

Angela era mi luz, yo siempre he sido un hombre tradicional, me ha gustado vivir en pareja. Pero ella creo que nunca me quiso como me merecía, pasaba los días junto a mí, por un gran cariño que confundió con amor, y ya se sabe que estas cosas tarde o temprano salen. Y creo que de nada sirve engañarse.

Ella era mi amor.

Pero no creo que esté así sólo por ella, aunque casi todo es por su ausencia. Estoy seguro que no me equivoco, si digo que el problema es mío.

Que no he sabido escuchar, que no he sabido aprender de la vida, que no le dí mi apoyo, y ahora estoy sólo, triste y vacío.

Hoy me has llamado, y el oir tu voz no me ha dado ni frío ni calor, no escuchaba que me decías, no me importaba, me he evadido totalmente en un mundo interior y no sé salir.

Angela, si lees esto, por favor pérdoname, te quise como nadie, pero no respeté el que tú no me quisieras igual, y encima no te cuidé.

No hay comentarios:

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...