jueves, 25 de noviembre de 2010

La sal.

Si tú vienes a mí, te enseñaré a pisar las dunas con los brazos.
Si paseas por mi vida, te llevaré a una cala para ver la luna.

Si me acompañas, te subiré en piragua, y pasearemos por el lago más grande del mediterráneo.

Podrás ver la sal cubierta en la orilla del mar. Tendrás el sabor agridulce en mis manos.


Quizás juegue contigo, y te ponga un poco de lodo en las mejillas, asi luego tendremos que bajar por las rocas para poder limpiarte. Aunque unos minutos antes, tú te enojas conmigo, y ahora me tumbas en medio de la espuma de sal para que mi silueta se mezcle con la espuma dibujando mi perfil.

Sabrás que no me lo merezco y sonries con ironía. Me levanto y te abrazo haciéndote cosquillas; es mi manera de vengarme graciosamente de tí. Nos quedamos un ratito abrazados, mientra el sol se esconde color anaranjado apasionado, que al igual que nosotros parece contagiarse de nuestras dulces carcajadas. Nos abrazamos, y en ese instante han empezado a latir fuerte nuestros corazones.

Nos besamos, no paramos, nos desgastamos suave, apasionado al ritmo de nuestra efusividad.

No dejamos de mirarnos, de encontranos, de amarnos.....

Pero...si tú cautivas mi vida....


Terminaríamos el dia...subidos a unas bicis, para poder adentrarnos en ese espacio natural, mezclarnos con su fauna: pelícanos y otras aves.

Haríamos fotos para sellar el día ¡Pero ningún sello, por muy valioso que sea, podrá tener jamás sabor de tus besos!.¡Mi amor!.

No hay comentarios:

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...