lunes, 20 de septiembre de 2010

El chico de corazón caliente.

Existía en un lugar costero, un chico que tenía un gran problema, o al menos así lo veía él, siempre tenía el corazón caliente ante el amor.

Lo notó cuando llegó a la adolescencia; como todos los chicos de su edad, y sin ninguna premisa al respecto, crearon una pandilla de colegio, y salían después de clase a una cafetería para charlar con las chicas. Por aquellos entonces, por primera vez, se dió cuenta, que no era como los demás.

Notaba como sus amigos, se interesaban por las chicas, y fíjándose en ello, pues en algunos casos se enamoraban perdidamente de manera soñadora, como se comprende el amor a esa edad pero.....otras veces era más un simple tonteo, sin sentimientos, simplemente porque era la edad, y se sentían así, con ganas de experimentar.

Pues en el caso de este chico, siempre era con sentimientos, no podía besar a una chica sin antes amarla. Para él, todo esto era complicado.

Una mañana de otoño, se acercó a la Biblioteca Municipal de la ciudad, quería estudiar para su examen. Y esta biblioteca en cuestión, que no tenía nada que ver con esas amplias bibliotecas de mesas compartidas y una gran luminosidad. Al contario de todo lo que conocía él, era más bien un cálido espacio reducido, con moqueta. En cada mesa de estudio había una lamparita colgando redonda y color amarillo, pues estas mesitas, eran de madera oscura y habilitadas para dos personas, que se sentarían una enfrente de la otra. El resto del habitáculo, tenía una luz tenue: tanto la exterior como la interior de la misma. Parecía un sitio misterioso.

Ante aquel fondo oscuro, únicamente iluminado por una pequeña luz de lámpara individual, levantó la vista, y allí estaba ella. Era una chica de unos veinte años, pelo oscuro, y no muy abundante, al revés era tan liso y fino, que se dejaba caer por los hombros con delicadeza. A causa de esa luz tan idónea para la intimidad, le miró la piel; era fina y su pelo hacía sombras en sus mejillas, al sacudir su cabeza mientras leía. Le llamó la atención su feminidad, movía su cabeza y miraba de reojo de una manera muy coqueta, aunque se percató que en ella sólo había inocencia: sus gestos, su melancólica mirada así la delataba. Y de esta manera repentina, fué como el chico del corazón caliente se enamoró.

Le entró un sudor frío al pesar que él era "un chico de corazón caliente". Pensó que ella tendría que saberlo, porque ella debía de saber que desde el primer instante que él la divisó por primera vez sus intenciones serían sobretodo de un gran amor, así lo sentía, y ella tenía que descubrirlo tal cual.

Fué, en ese momento en el que se tranquilizó al pensar, que a la mayoría de las chicas les gusta eso del amor, y que al revés, se sentiría respetada y amada por él.

Pero......¿ Cómo decirle que cuando el amaba tan de verdad, podría ser para toda la vida?. Eso la asustaría sin duda.

Era tan bella, y delicada.... Tenía que conocerla.

Al final se decidió y se sentó enfrente de ella en esa pequeña e íntima biblioteca. y pasaron los días, los meses; estaban enamorados.

Una tarde paseando con ella, el chico de corazón caliente, le confensó su secreto. Ella le quería sin duda y puede que incluso se hubiera casado con él, pero no podía asegurárselo. Ella no se veía asi como él, más bien pensaba de ella misma que era una chica corriente, con pensamientos cambiantes, y que tal vez en algún punto de su vida, pudiera dejar de amarle y amar a otro hombre; no lo sabía, no podía prometerle amor eterno.

El chico del corazón caliente, se vió impotente ante su vida. Pensó que había sido un error su confesión y que la perdería, se fué y lloró amargamente, como su corazón le propulsaba sin tregua.

Pero al día siquiente,la chica entró en la biblioteca en la cual se habían conocido. Sintió una punzada en el pecho, tan intensa que la dejó sin respiración, hubo un momento que le faltó el aliento: no podía inhalar nada de aire.

Se ahogaba, y pensó en él: no fué un pensamiento propiamente dicho, más bien pasó delante de ella la imagen del chico de corazón caliente. Y lo supo.....ella se había convertido en una chica de corazón caliente, ya no había vuelta atrás, como un virus eterno de amor, ella ya sentía lo mismo que él y ahora sí, podía prometerle amor por siempre.

Existió una vez, en un pequeño sitio costero un chico..una chica...y dos corazones calientes.

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