jueves, 23 de diciembre de 2010

Un encuentro inesperado. Capítulo octavo.

A Marta se le iluminaba la cara, no lo habría esperado en la vida y más de Gabriel que siempre andaba ocupado en sus negocios. Los ojos se le iban humedeciendo de la emoción y Gabriel notaba su expresión y la acariciaba dulcemente sus mejillas.

-Cielo, si es no es tanto.
-¿Te parece poco, escribir lo que has escrito con tanto sentimiento? -ahora era Marta la que acarciaba su carita suave.
-Para mi es precioso, el poder saber que esas palabras han salido de tu corazón. A veces tenía la sensación de que no era importante para ti, cuando te hablaba pensaba que no me prestabas atención, imaginaba que pensarías en tus negocios, en tu agenda apretada, en tus comidas con clientes, no creía que lo que te decía por el ordenador pudiera llegar a tu corazón.
-Pues si llegó ¿no lo ves?.....estoy contigo y en estas fechas de estar con la familia.
-Pero tenía un presentimiento, la sensación era de que tenía que conocerte en Navidad, quería que esta fecha fuera importante para nosotros, y por eso dejé a mi familia en Barcelona y vine a verte aunque solo sean tres o cuatro días. Pero no te preocupes que habrá más días, quiero conocerte mejor es sin duda lo que me dice el corazón.

2 comentarios:

Yo dijo...

Sé que no hago más que repetirme pero es lo único que se me viene a la mente cada vez que termino de leer un post de esta entrega: Qué bonitoooooo.

Jo. ¿A mí por qué no me pasan estas cosas? jajajaja :D

Un besito ^^

Vick-al dijo...

Ja, ja ¿será que vivimos en el mundo real? o ¿qué los hombres ya no son como en las pelis románticas? Ains yo que sé, pero mira, desde luego lo que estoy segura, es que algún día nos pasará algo tan bonito que no lo contaremos por aqui seguro. Yo mando una estrella a Emperatriz y a ti para que todos los sueños se os cumpla:)

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...