miércoles, 1 de diciembre de 2010
Ayer llovía, y salí bajo la lluvia a llevar unos papeles. Al volver de mi gestión, al doblar la esquina estabas tú radiante y esperándome, no importaba el mal tiempo, tú estabas conmigo. Había luchado duramente, por algo mucho tiempo,y ahora obtenía mis resultados a mis esfuerzos laborales.
Pero al salir de la oficina, bajo la lluvia mojado y con una sonrisa sumamente cariñosa, estabas tú, como siempre. Te miré y no me dí cuenta cielo, que mis ojos se movían ligeramente para encontrarse con la noche cerrada de truenos y lluvia.
Fue entonces, cuando pensé,que el calor que tenía era sólamente el de tu mirada cariñosa y dulce.
Creo que no me hizo falta nada más, cerré la puerta de la oficina, previamente dándole al botón del aparato del aire, y pensé....ese calor artificial, calienta mi cuerpo, pero no mi corazón.
Y....
ahora te miro, y pienso ¿Qué ha pasado todo este tiempo?¿Por qué no nos hemos visto?.
Ya no importa el pasado, tan sólo quiero la calidez de tus ojos y tu sonrisa, la que me da apoyo, la que me da alegría.
Porque siempre has estado ahí.
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