jueves, 16 de diciembre de 2010

Un encuentro inesperado. Capítulo cuarto.

Lunes por la noche.

Gabriel se sienta de nuevo en su estudio y se conecta con Marta.

-Hola Marta, ¿qué tal, cómo te ha ido el fin de semana?.
-Pues bien, como siempre. El sábado fuí a un pub y estuve bailando, me aburrí un poco, estoy cansada de las mismas canciones, y del humo de los bares. Pero bueno...algo hay que hacer un sábado por la noche, ya me entiendes.
-Bueno sí, ¿sabes algo?.. el sábado llevé a una chica a mi apartamento, y no me gustó.
-Ja, ja eso decís todos a la luz del sol.
-No, es cierto, no me gustó, y no te voy a engañar en esto, suelo quedar muy contento cuando estoy con una chica, aunque no tenga especialmente nada que me una sentimentalmente a ella.
-Ah, pues no sé, puede que aquella chica fuera diferente para tu decepción.
-No, era guapa y simpática y fue cariñosa cuando estuvimos juntos. -No, no eso, de verdad.
-Bueno, tampoco pienses tanto en ello, una mala noche la tiene cualquiera.
-Ya, si eso lo sé, pero no fue por la noche, ni por la chica, es algo diferente.
-¿Y qué piensas que puede ser?
-Quizás estuviera pensando o comparándola con otra.
-¿Te gusta otra chica?
-Creo que sí.
-Creo que bueno, en fin, me siento muy bien contigo, y te comparé con ella, y no me gustó.
-¿Lo estás diciendo en serio?
-Sí, ¿Cómo iba a mentirte en una cosa tan seria?. Yo sé, que mi vida no es ejemplar, y comprendo que no te pueda gustar, por las cosas que hago, pero tú me conoces, y nunca te he mentido. ¿Tú que me dices?
-Pues, que yo también salí al pub, estuve ojeando a los chicos, y tampoco me gustaron.
-Ja, ja, eso me tranquiliza.
-Oye, Marta ahora en serio, se acerca la Navidad y tengo unos días libres, y me gustaría..si tú quieres y te parece bien, ir a conocerte, bueno no te asustes, nada formal,simplemente conocernos como amigos y eso.
-No sé, me encantaría, pero yo no soy la chica, con la que acostumbras quedar, no me parezco a esas fotos de facebook.
-Lo sé, te he visto en foto y por cámara y sé como eres, y me gustas así.
-¿Estás seguro que viajarías desde tan lejos sólo por conocerme?
-Bueno, sinceramente, tú has estado siempre conmigo, me has ayudado, me has dado consejo, me has dado tu cariño y sinceridad, eres un regalo para mi, no es que esté seguro, es que no es esfuerzo porque me has dado tantos momentos buenos, que no podría hacer menos que viajar a dónde fuera por conocerte, dime que sí.
-Sí, cielo pues claro que quiero conocerte.
-¡Qué feliz me haces, en serio!
-Y tú a mi.
-Bueno, pues hablamos mañana.
-Sí, como siempre estaré aqui.
-Muchos besos, preciosa mia
-Que descanses mucho.

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