sábado, 16 de octubre de 2010

Paseando por mis recuerdos pasados

Ante la sombra de un recuerdo, que emana en mi mente, aflora en mi corazón, así suave dulce y tierno, fué así como te encontré.

Encuentros cariñosos llenos de inocencia, pero con mucha pasión, entraron en mí, haciéndote partícipe de ellos.

Recuerdo como te conocí, hacía frío y era una noche invernal. Apenas te ví y supe que eras especial. Fueron pocas horas, apenas llegamos a conocernos, pero hubo luz en nuestras miradas.

Nuestras salidas, fueron cargadas de alegría, emoción, risas y cariño.

En muchas ocasiones la vida es dura conmigo, y es cuando recuerdo aquellos momentos, en los cuales, no había sombras en mi camino.

Pero el destino fué cruel con nosotros, no entendía de sentimientos, y nos separó, dejando por su camino, tantas ilusiones que queríamos seguir compartiendo y no pudimos llevar a cabo. Se hizo duro para nosotros, nos fué alejando, nos perdimos por el camino. No pudíamos luchar contra eso, era demasiado fuerte, no nos dió la oportunidad.

Mis ojos cansados del escozor por mis lágrimas, buscaban algo que pudiera quitar su recuerdo. El hermoso recuerdo de los ojos de aquel chico del pasado.

Aún así, aunque pasado el tiempo, todavía miro y busco una cara igual de bonita, unos ojos que sean igual de tiernos, una sonrisa llena de encanto. Pero...no es fácil, para el mundo mostrarme nada igual, no sé, si es que no existe, o que yo no veo nada semajante en otro rostro.

Un buen día, me desperté y me dí cuenta que no buscaba tan sólo una cara igual de preciosa, pues lo único que buscaba era al mismo chico del pasado. Y eso no podía ser, no hay otro ser igual en el mundo.

Entonces me acurruqué entre mis dulces sábanas, una tarde de otoño, la brisa mecía mi pecho, aquel pecho que el rozaba en tiempos pasados, y decidí despertar a la realidad.

Luché contra el destino, porque tan sólo deseaba volverle a contemplar una vez más, y mi corazón entendiera que si él estuviera predestinado para mí, no me dejaría marchar, y si no fuera él, mi sueño, le vería, le sonreíria, y caminaría féliz con su recuerdo..


Así fué como decidí volverle a encontrar.





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