sábado, 23 de octubre de 2010

Belén y Leo (diario de su amor)

Acababa de llegar del trabajo, y entré en casa como todas las tardes a las 21.15, era más o menos mi hora de llegar. Pero hoy no estaba Leo, era raro porque él normalmente llega sobre las 20.00 horas. Miré todas las habitaciones, y comencé a llararle.

-¡Leeeo! ¿Estás,cielo?.

No contestaba y me preocupé, cogí el móvil y en ese momento, Leo entraba por la puerta.

- Hola Belén, he tenido un día horrible -se apresuró a decir con resignación.
- Ya Leo...(se hizo un pequeño silencio).
- Pero me puedes dejar un mensaje al móvil, tú sabes que yo me preocupo con nada-le miré de lado, levantando la cara con enfado.
- Lo siento, acércate y dame un beso.- se encogió de hombros con una sonrisa:de esas dentro de su catálogo, "sonrisas para cautivar" y con la cual, no te puedes enfadar nunca, esperaba asi mi beso..
-Bueno, te lo doy porque te quiero y lo sabes, pero tú avísame y me quedo más tranquila, ¿vale, amor? - me acerqué acariciando sus mejillas antes de besarle de manera suave y cálida, como siempre hago cuando vuelve del trabajo.

Nuestros besos son siempre dulces y amorosos, pero ...siempre terminamos con un fuerte apretón de abrazo, para sentirnos unidos al máximo; nos gusta y nos hace complementarnos.

El sentirnos unidos cuerpo con cuerpo en un fuerte apretón, hace que las horas que hemos estado separados se diluyan y parece que no hayan pasado.

Nos queremos.

Nos hemos sentado en el sofá, y hablamos; yo de manera apresurada, con impaciencia de contárselo todo. El más relajado, me habla de su día, de sus compañeros, de sus jefes...Así estamos un rato.

Preparo en la mesita pequeña del salón, una cena ligera. Leo se ducha.

Tengo la costumbre de preparar la cena en ese momento, pero suelo apagar el fuego, y me acerco a la ducha, le abro la cortina, y observo su hermoso cuerpo desnudo, nos damos un beso mojado que nos deja un suspiro de pasión entre el pecho y el corazón.

Y vuelvo a la cena.

Cenamos, ahora ya no hablo tanto, tan sólo palabras suaves, y miradas de amor.

A Leo le gusta, entrar en su estudio un rato, para meterse en facebook y hablar con us amigos. Y yo aprovecho con mi mesenguer para saludar a mi hermana y algún amigo.

Como Leo habla más por el ordenador, yo aprovecho para ducharme. Aunque el siempre entra en el baño y cuando me voy a colocar la toalla por el cuerpo, se acerca y me acaricia suave el cuerpo.

-¡Umm, que suave!-siempre me dice, como si fuera la primera vez que ve mi cuerpo desnudo
-¡Qué tonto eres, si siempre me dices lo mismo!-no puedo evitar reirme.
-Es que siempre estás suave, y con ese cuerpo tan lindo, me pones muy nervioso.-se rie, con mucha ilusión.
Dejo caer la toalla...(como siempre luego va a la lavadora)...pero no importa, lo que deseo es envolver mi cuerpo desnudo en sus brazos y le beso..me mira con amor, mucha intensidad en sus ojos, que hablan con suavidad.
Así, por mucho tiempo que llevemos juntos, siempre consigue sonrojarme. Y le digo susurrando:
-Anda cielo, termina con el ordenador, yo mientras me seco el pelo, mi cielo.

Para entonces, ya hemos terminado de saludar cada uno por separado, dejándonos nuestro pequeño espacio para nosotros.

Vamos a la cama.

Tenemos sueño, pero sentimos siempre gran pasión por el otro, por lo que cada noche es mágica, descubrimos cosas nuevas de nuestra intimidad.

Hemos terminado el día.

Y nos queremos.

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