martes, 26 de octubre de 2010

Un diálogo simple, con mucho amor


Hola cielo, he estado tan lejos de tí, pero ahora estoy contigo.


-¿Cómo estás?


-Estaba esperándote, me hacías tanta falta, que necesitaba tus manos.

-Cielo, ya estoy aquí, he venido a verte, porque necesitaba tus caricias, saber de tí, escucharte, ver como me miras. No podía estar así más tiempo.

-Y dime, ¿Te quedarás conmigo?.

-Ahora no puedo tengo que marchar otra vez, pero necesitaba estar un tiempo a tu lado, para seguir viviendo. No podía soportar otro amanecer sin tí.

-Bésame.

-Sí cielo,suave, ven conmigo, ahora te puedo sentir.

-No te marches más, dime que volverás.

-Siempre volveré, ya te he dicho que no puedo estar separada de tí.

-Abrazame, dime que te gusta mi piel, mi tacto, mis besos

-Claro que me gusta, te estaba esperando.

-Déjame acarciar, meter mis manos en tu pelo, me deja las manos suave.

-A mi también me gusta mucho eso.

-Vamos a un sitio tranquilo a acariciarnos, a no pensar que me voy.Dejémonos llevar.

-Es lo que mas deseo.

-Te quiero.

-Y yo a ti.

1 comentario:

emperatriz dijo...

Qué bonito!

Qué dulces y fugaces pasan esos momentos, en los que el reloj marca la hora del adiós .

Uno querría aprovechar cada segundo, hacerlo eterno.

Pero pasan del momento al recuerdo, y vuelta a esperar con ansiado deseo y necesidad.


Besos!

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...