martes, 27 de julio de 2010

Una nueva historia


Sonia, miró su ordenador por última vez, se le había acabado todo, su gran oportunidad volaba, como hoja al viento: en aquella empresa de Publicidad. Una joven despampanante había conseguido una gran firma con unos clientes importantísimos en el mercado. Y tras una reunión, traje ceñido, melena suelta y perfume caro, se contoneaba con una gran seguridad,en aquella sala de reuniones, haciéndose la única, imprescindible "Vicesecretaria".

Sonia siempre había mostrado sencillez, tanto por su trabajo, como en su vestimenta: clásica, en tonos uniformes y sin dar importancia al maquillaje, nada de zapatos de tacón que marcaran sus piernas y elevaran su estilismo. Para ella el aspecto, era simplemente un aspecto serio.Nunca lo hubiera pensado...

Decaída, sin apenas fuerzas, rodeaba la vista alrededor de su despacho, sin poder creer como su mundo había cambiado. Ya no tendría ese ascenso por el que había luchado 10 años, sin contar los dos primeros de becaria (llevando informes de un lado a otro y haciendo fotocopias, sin cobrar un sueldo).

Mario entra en su despacho, como alma perdida en un mundo imaginario.

-Sonia, preciosa ¿Cómo te encuentras? -la miró.-Me he enterado de la noticia - se desvaneció con sus palabras.

-La verdad, si pienso en mis esfuerzos por la empresa, siento que la vida no es justa.

-Sonia, no sé si es el momento más idóneo, pero siempre que pienso en tí, trabajando hasta tarde, siento que no has vivido la vida, como te mereces. ¿Cuándo fue la última vez que viajaste por simplemente placer,sin contar el viaje que hiciste a Londres por negocios?.-Se apresuró Mario a decirle, como si le hubieran dado cuerda, y no pudiera retenerlo en sus pensamientos por más tiempo.

Y aun asi continuaba hablando sin parar, para que su amiga entendiera sus grandes fallos.

-Me hablaste de un chico que te gustaba, con el cual saliste un par de veces, y bueno de lo que ocurrió después, que el se marchó con otra, al desesperarse por tu apretada agenda y ver que no había hueco para él. -se resignaba Mario a decir.

Para cuando Mario terminó, Sonia lloraba y se abrazaba a él.

Sonia, empezó a susurrarle al oido, como si tuviera cinco años y le contara un cuento a su hermano.

-Mario, me voy de aquí, se que no me han despedido, pero no quiero seguir a las órdenes de una empleada, que solo lleva dos años en la empresa y ya es Vicesecretaria, tan sólo porque ha movido unos cuantos millones. No quiero. O tal vez; no puedo.

Volveré con mi hermana a Barcelona, y quizás tengas razón me tome un tiempo para mí, incluso es posible que trabaje en algún hotelito costero, antes me gustaba. No ganaré igual, no tendré posibilidades de ascender, pero viviré tranquila.¡ No más noches de café, de sueño, y de perder el tiempo para nada!. -agudizando su tono, y espetando su voz

- Mario te quiero mucho, espero que me visites. Ahora me voy.
- Te quiero Sonia, ya lo sabes, aunque pienso que con tus quehaceres, puede que me hayas dejado "PARA LUEGO".

-¡Ay,Mario!- Ven y bésame.



No hay comentarios:

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...