domingo, 10 de enero de 2010

Voy a contaros una historia muy tierna que me han relatado hace poco, voy a intentar ponerle unos toques especiales, pero según me han contado ya es una historia bonita, es una historia de amor, o romántica como querais llamarla, cuando termineis de leerla muchos de vosotros os vais a sentir idenficados porque es una historia que puede ocurrirle a cualquier pareja que se conoce de primeras, pero aún así, quiero que vosotros decidais, bueno amigos lectores pues allá va...

Es la historia de Miquel y Laura, es curioso como la inocencia de la niñez hizo que nuestros dos amigos se conocieran de pequeños en un pueblecito costero, tenía once años Laura y doce Miquel, eran dos chiquillos como corrientes, con sus cosas de niños y sus juegos pero hubo entre ellos una gran ilusión y complicidad.
Laura era morena con pelo lacio largo a la espalda, tenía los ojos almendrados y muy oscuros, su tez era morena en verano y tenía brillo en su expresión, una sonrisa alegre y sincera que cautivaba a las personas del pueblo y Miquel era moreno y blaquito, se ponía rojito con los rayos del sol, tenía unos ojos marrones que al sol se desplegaban en un verdoso especial, eran muy parecidos a los dos les gustaba reir y gastar bromas, eran sensible y tenían pasión por la vida, nada les paraba, ni la lluvia ni la gente, solo pensaban en salir a la calle a jugar y compartir risas y cariño.
Terminó el verano, Laura volvió a su ciudad en la costa y Miquel a la su tierra manchega, lejos el uno del otro, como ya imaginaban, llegó el último día de vacaciones, ella marchaba en un seat amarillo de su padre y Miquel la persiguió con su bicicleta para decirla adiós, ella casi lloraba.
El día anterior ella jugando se le escapó un te quiero el primero de su vida, no lo dijo en plan romántico, aunque ella sabía que sentía algo diferente por ese chico, y Miquel había encontrado una esclava rota por su casa que ponía " no me olvides", se la regalo a Laura en una caja de cerillas, estaba rota y no tenía ningún valor pero para ella fué el regalo más bonito del mundo, por la sinceridad y complicidad que tenía aquello.
Ellos se escribieron unas cartas, pero la vida los alejó y al final se olvidaron, crecieron y tuvieron su vida por diferentes caminos, tuvieron sus parejas, estudiaron en la Universidad y obtieron su trabajo, no volvierón a aquel pueblo, pero el destino les hizo coincidir de manera insospechada. Laura fue por motivos de trabajo a su ciudad y se acordó de Miquel cuando recorría la ciudad, ella ahora era una ejecutiva con un gran puesto de responsabilidad, y claro está que llevaba su portatil con ella, así que decidió teclear su nombre y allí encontró un dato relacionado con Miquel y el nombre de una empresa, decidió llamar y preguntar por el chico, ya que no tenía movil, ni nada semejante, y preguntó por don Miquel como era una empresa pequeña no tuvo problema en conectar con el, entonces se enteró de que era informático, que raro en Miquel que solo le gustaba fantasear con robot y naves del espacio, pero quién sabe, la vida da muchas vueltas, de esa manera se encontraba ella, al otro lado del teléfono, se encontraba tímida y temblorosa, puesto que la situación era extraña de por sí, que decir a un chico que no veían en un montón de años, estaría casado, cuantas preguntas sin respuestas, pero pensó bueno ya está decidido estoy al teléfono y tengo que hablar con el, y fué así como susurró tímidamente, hooola Miquel? soy Laura de la playa....
Miquel la reconoció ensequida como si hubiera esperado toda la vida esa llamada, y le contestó Laura????? de verás eres tú? es increible canija cómo estás?
Ella sonrió le dió paz y tranquilidad y dijo muy bien " niño pez" porque Miquel la enseñó a nadar y ella siempre lo llamaba así.
Miquel no salía de su asombro y le preguntó ¿Te casaste? ¿Tienes hijos?
Laura respondió no Miquel no estoy soltera, Miquel sonrió y dijo ¡Cielo que nadie nos quiere! jajaja, entonces ella dedujo que el tampoco tenía familia, y de cierta manera se alegró, así de esa manera coloquial estuvieron hablando un ratito diez minutos o así, y decidieron quedar en una parada de metro centrica a la ciudad.
Laura estaba sin aliento, que nervios después de tantos años, no se imaginaba cómo sería Miquel, puesto que todavía tenía el recuerdo de aquel niño de doce años, bueno ya casi adolescente, estaba nerviosa e impaciente con la cita de su amigo, y fué a tantear por la tarde en qué sitio había quedado puesto que ella no conocía apenas la ciudad, solamente había ido a reuniones o aburridos congresos, no le había dado nunca tiempo a hacer turismo, pero ese viaje era diferente ella se tomó su tiempo lo necesitaba, no sólo la vida era trabajo y más trabajo, así ella investigó y para su sorpresa no sólo había una boca de metro había cuatro por lo menos era la capital normal pensó ella, y decidió llamarle ya a su movil privado para preguntarle, luego se sintió un poco tonta por las preguntas, pero no era momento de vacilar era momento de actuar y así Miquel con una sonrisa que se apreciaba por la voz le indicó, ella se relajó un poco y vió unas tiendas y luego decidió ir al hotel para arreglarse, para su sorpresa todo lo que tenía estaba bastante arrugado por el viaje que había sido largo y solo encontró decente un jersey y una falda vaquera, pero pensó que más vale ir sencilla en un primer encuentro, y así se arreglo su pelo ya mas corto pero igual de moreno y se maquilló para la ocasión.
Ya mas relajada se marchó hacia el lugar, de pronto le suena el movil, Miquel que se retrasa, dios mio y yo con estos nervios, bueno que no cunda el pánico me iré al Corte Inglés a darme un paseo, después decidió salir y dios mío, pues cuantas salidas tiene este Corte Inglés, bueno no fue complicado menos mal, se agobió porque era sábado en la gran capital y había muchísima gente, al final se volvió al lugar del encuentro, entonces Miquel la vuelve a llamar y le pregunta que dónde estaba, ella se asusta un poco, pero al final la calma diciendola que ya la ve, ella se sorprendió, y pensó me ha visto, me ha reconocido después de los años, bueno el caso es que el se acerca y ella se le queda mirando sin saber mucho que decir, el se muestra tierno y simpático y decide llevarla a pasear por la ciudad, ella encantada así pueden hablar y romper el hielo, al final deciden ir a tomar algo a un restaurante, un sitio muy acogedor y cálido, donde Laura se relajó y ya pudieron hablar de sus cosas tranquilamente, bromearon y todo fué en un ambiente precioso de armonía, el tuvo un detalle precioso le hizo un regalo un muñeco de un comic, que ellos leían de pequeños, y ella se enterneció ante ese regalo era personal y muy tierno le encantó ese detalle, y entonces empezaron las miradas, esas miradas dulces y tiernas, que llenaron sus corazones, el fué muy tierno y le acarició el brazo de forma amigable de cariño y ella sonrió, entonces al ratito le cogió la mano y ella le acarició su mano también, estaban cómodos y felices, era como volver otra vez a aquel tiempo, la acompañó al hotel y la besó ella le correspondió y se abrazaron, un abrazo tierno y amoroso, se sintieron unidos como nunca antes la vida les había dado la oportunidad, y así entre mimos y abrazos se encontraron mirándose y sonriendo, Laura me lo contaba roja y con mucha ternura, parecía enamorada, no sé muy bien deciros si fué por la situación tan conmovedora o del chico en sí, lo que si sé, es que fué terriblemente féliz y en su honor queridos lectores he querido hacer mención a esta historia que ha alegrado mi corazón de pensar que aún a pesar de la edad, el amor puede llegar a ser terriblemente dulce y tierno como lo es en la infancia y adolescencia.
Espero que os haya gustado como a mi

1 comentario:

Kike dijo...

Ciertamente es una historia muy tierna y bonita. Me alegro por ellos dos, sentir esas cosas es muy bonito (ains... que me enternezco!!).

Un beso.

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