domingo, 17 de julio de 2011

DECIMATERCERA PARTE


De camino al hospital y escoltada por dos policías algo pretenciosos. Eva notó que el dolor de cabeza atormentaba en pinchazos su débil cráneo. Ella se notaba tensa no sabía muy bien si por el dolor o por la presión de los acontecimientos a una velocidad que le daba vértigo.

Un halo de ilusión se dejaba entrever en su rostro, no podía olvidar lo pasado con Óscar, es como si al estar junto él, su seguridad aumentara, y se sintiese con un corazón con ganas de volver a ilusionarse por el amor. Lo único que la menguaba era la situación tan horrorosa que estaba viviendo, que no la permitía ser feliz y disfrutar del momento.

Por otro lado y desde un punto más práctico, intentó reconstruir la situación y así comenzó a pensar en todo lo que había ocurrido y en Tempelton. – estaba claro que le interesaba algo que llevaba en su bolsa- pero por más que miraba los objetos, no entendía el qué y por qué. Su cabeza pensaba en Javier, todo le parecía extraño.

Lo primero que no entendía era aquella desaparición de su cuerpo, por otro lado buscaban algo, -eso está claro que era algo que ella poseía - y esa extraña casualidad que Javier de repentino interés, quisiera dejarla tan de golpe…no le cuadraba.

Pero le costaba mantener su cabeza en orden, eso no le impidió que visionara las fotografías del cajón de Óscar, le parecía todo muy familiar.

-¿Por qué unas fotos de él, le recordaban a parte de su vida con Javier? -seguía absorta mirando por la ventanilla. Y la foto con esa ventana con ese colorido-¿de dónde provenían?- pensaba muy concentrada, pero no recordó.

Y así continúo haciendo un esquema mental pensando que ella había atravesado personalmente esas calles y esa ventana la había visto alguna vez, seguro….

Al cabo de unos minutos, casi llegando al hospital, allí estaba en aquel coche, observada por unos policías con cara de obtusos, y cierto talante de pena hacia ella -no podía evitar ponerse enferma, de solo mirar-. En ese momento el coche frenaba en el hospital.

Al entrar un médico la esperaba, le realizó el rutinario chequeo general, y se centró en la cabeza, también comprobando sus reflejos.

-Señorita Eva- comenzó hablando el doctor- todo parece correcto, aun así le voy a hacer unas preguntas porque aunque tiene una inflamación y es normal por el golpe, le voy a recetar un ibuprofeno que le remitirá la inflamación pero querría saber si usted recuerda bien todo lo acontecido antes del golpe y sabe con perfección a quién vio y qué le dijo, y si recuerda con normalidad su vida anterior.

- Doctor –dijo exaltada Eva-mire recuerdo todo pero aun así me siento en algunos momentos con cierta confusión y me bloqueo en el recuerdo.

-Está bien, eso puede ser a causa de un impacto psicológico por todo lo ocurrido, se puede pasar en unos días, si aún así no se le pasara por favor señorita vuelva de nuevo a verme.

Un placer doctor.

A la salida del hospital, la volvía a recoger los policías. Ahora su mente volaba pensando en su nueva ilusión.

Las dudas son inevitables cuando empiezas algo, pero cuando empiezas algo tan intenso como lo vivido con Óscar, desde luego era todo muy confuso. Como mujer había sentido un intenso deseo quizás que provenía como un grito ahogado que permanecía comprimido en su interior y había salido como fuego de su cuerpo para lanzarse a sus brazos,(situación que había sido felizmente correspondida). Pero ahora se preguntaba sí esa pasión podría significar una revelación de amor o sólo un deseo fugaz.

Algo en su interior le hacía pensar que era sincero.

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