lunes, 17 de septiembre de 2012


 

"Camina y por delante puntas de cristal lacerante. Cada trozo refleja una certeza de su existencia.
 Camina por un sendero de espinos. Las ramas le arañan unos pies desnudos que se amarran en las zarzas.
 Camina por las ascuas abrasadoras. Sin ser faquir y dejar de sentir el calor del fuego. Camina con el dolor de su mundo alojado en el alma.
 Y caminando aguanta, aguanta. Y de cada caída se levanta, se levanta. 
Esquivando las balas con el silbido de cada palabra. 
Escuchando una voz que sumiría en el silencio y que nunca se calla, nunca se calla.
 Se atraganta en la negación, se confunde en la indiferencia.
 Llena las manos vacías de aire y lo arroja al viento. 
A lo mejor tendrá más suerte en la nueva trayectoria de aquella flamante corriente.
 Subiendo las escaleras de nubes de algodón, mira fijamente a los ojos del Sol.
 En una ceguera permanente ambas miradas se encuentran. 
En un firme rayo de luz quedan conectados. Y la mente es quien se desconecta durante la fusión de los fuegos artificiales.
 En un fogonazo desaparece la consciencia para dar paso a la locura. 
Excéntrico frenesí de una ofuscación exaltada. Tremendo disparate de imprudencias y manías. Paranoia psicótica de un trastorno delirante. Esquizofrenia demente, enajenación alienante. Demasiadas palabras para decir… y alguna que otra cosa interesante".

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