sábado, 14 de mayo de 2011

El despertar

Un traslado de trabajo por motivos profesionales, me llevó hacia un pueblo pequeño, no puedo decir que sea un lugar de encanto, porque más bien era un sitio árido, pero al llegar con mi C3 azulón y pasear con él por las calles, me encuentro con una sensación diferente -Yo, siempre he vivido en una ciudad grande, (la mayoría de mi vida, al menos)- y allí el amacer, es como sí despertaras tú sola con la ciudad.
Me encontré allí con un pensamiento diferente, veía como las mismas personas que habían ido a informarse el día anterior a mi puesto de trabajo, despertaban a la vez y paseaban por sus calles.
En plenitud de integración, este pueblillo de los mismos vecinos caminantes, que hablaban, me indicaban, se hablaban entre ellos, y así en una constante... me pareció como una gran familia que asoma al día una vez más.
Pues, nada que ver, esta entrañable imagen, a cuando yo me levantaba en mi gran ciudad, que pasada mi calle en mi trayecto, ya era raro encontrarme con algún conocido. En este lugar, la gente se conocían bien, tenían confianza, se saludaban con alegría, se hablaban de sus cosas, y me pareció todo muy familiar.

Creo que hasta me gustó.

4 comentarios:

Jose dijo...

Eso es justamente lo que me gusta de los pueblos y si son bonitos, pues mejor, ¿no?

Besitos ^^

Vick-al dijo...

pues sí, este es feo, pero feo no digo el nombre para no ofender ja, ja pero fíate de mí ja, ja

Taяuмвa dijo...

Wow, yo no sé si podría vivir en pueblitos, la ciudad es lo mío. Pareciera que el tiempo transcurre con tanta lentitud fuera de las ciudades. Me ha gustado tu blog, saludos!

Vick-al dijo...

Bienvenida!!! acabo de entrar en el tuyo, y he leído algo de tu tesis, ya me contarás, tu blog es muy interesante. Un saludo. Y gracias por leerme.

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