martes, 26 de julio de 2016

Huyendo (parte final)

Al dejar a mi marido viví una pasión que no imaginaba que existía, (o quizás ya habían pasado tantos años que no lo vivía con mi marido que estaría olvidada en algún lugar de mi memoria). 
Volvió en mi interior una ilusión que me embobó, un limbo de sueños por el cual me volví a sentir sexy y guapa, no sé más bien deseada. Se fijaban en mi pelo, en mis caricias en mis besos. La verdad era que hacía tanto tiempo que nadie me prestaba atención que estaba medio dormida. 

Esa pasión continúa y me siento feliz. Yo pensaba que no iba a durar pero sí. Ahora he comprendido que hay que ser valiente y dar el paso porque no se puede estar dormido en vida. 
No era culpa mía, para los que criticaron mi actuación, más bien hice lo correcto para los dos, sólo que yo lo decidí y él no quiso admitir porque estaba cómodo. Ahora me siento mujer bonita y comprendida, admirada, es una sensación que ni el dinero ni el confort puede igualar.
Es cierto que dejé mi casa confortable, mis amigos, y vecinos, mucha gente que lo sintió y por eso criticaron, porque sabían que nos perderían como amigos. Ellos piensan que es triste eso, pero si te quieren no te pierden, deben comprender que yo estaré ahí para quien me quiera, sólo siendo feliz y querida.
 Ahora no vivo de lujo, mi pareja, tiene lo justito y eso me enternece, no voy a spas de lujo, pero mis baños en la bañera juntos mojándonos con la espuma... (nunca sentí nada tan sensual).  No voy  a hoteles de cinco estrellas pero... jugar con las patatas del burguer dándomelas en la boca, (nunca me había reido tanto y sentido más juvenil). Ahora nos gusta el buceo y jugar con el mar, hacemos excursiones y la verdad es que disfrutamos de la naturaleza y no de reuniones aburridas y charlas con gente que son un entero muermazo, ahí se queda eso...

Con todo esto yo...


 .... sólo recomiendo ser felices y cuando algo no marcha, avanza o no hace feliz, por favor decir hasta aquí.

No hay comentarios:

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...