jueves, 1 de noviembre de 2012

Bourbon Light



Lugares más lúgubres lamentaban aquellas lágrimas con tímida nostalgia. Tenebrosos momentos de amargura, fueron testigo de su lamento ahogado.Cuando la explicación se escapaba de las manos y aún así esa respuesta era inútil. Viendo el dolor que le causaba y con escarcha entre los dedos, no alcanzaba a quemar tan frío pesar. Las marcas heladas lastraban un férreo pensamiento anclado en una garganta sin habla. 
 Deseaba poder articular un sonido que le  pudiese liberar algún  movimiento,  pero su recuerdo se remontaba quedando inmovilizado en su cerebroY la voz encadenada gritaba en el leve sonido de un ruido sordo. 
 A pesar de su dolor, recordó un momento en el que fue realmente feliz durante la dosis de sentimientos envenenados. La luz más cegadora escondía la oscuridad eterna, irónicamente la ceguera era igualmente perturbadora en ambos casos. 
 Entonces quiso encender su mirada para poder alcanzar algo de esa luz con claridad y que la oscuridad no le amenazara más. Y decidió sin apenas fuerza buscar en aquellos fragmentados sentimientos, alguno que irradiara algo de luz. 
Las muescas en las retinas se ataviaban de ridículas figuras que en el juego de sombras cautivaban un entorno inestable. Mientras las fichas caen armónicamente, el tiempo se escurre entre granos de arena que ahogan el aliento en una corriente movediza. 
 Un rápido paseo de recuerdos había marcado su vida, su vitalidad, su fuerza, su poder. No se daba cuenta del giro lastimoso  que aquel peligroso camino había transformado su forma de ver la vida y el amor.
  Así carente libertad recorría aquellas callejuelas sin salida aparente. Los letreros luminosos se difuminaban en imágenes turbias que mareaban esa cabeza en la que las luces parecían fundidas. Nunca la calma fue tan profunda mientras el frío viento le golpeaba la cara y con las manos en los bolsillos regresaba a casa.
 El corazón seco, las manos vacías y el orgullo intacto de un sarcasmo indolente. Cuando la idea real de una realidad irreal se vuelve inexistente, la paradoja se resiente. Podría ser verdad que la sequía es suerte. 





Lluvia de piedras golpean esa suerte.

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