domingo, 26 de febrero de 2012

Una niña árabe Capítulo 5


-Zaira, Zaira, corre, corre están llamando a la puerta, y he visto por la ventana que es tu prometido -contoneaba las caderas Fátima (madre de Zaira), mientras iba dejando la ropa en un cesto.

-Ya voy, mamá, -vaya por dios, pensaba Zaira, al ver que no llevaba bien puesto el pañuelo, (bueno da igual, sin pañuelo, ya no lo uso) se decía, mientras se apresuraba a la puerta.

Zaira, corriendo se dirigía a la puerta, para abrir.

-Hola Abdul, pasa, pasa, hay te.

-No, Zaira, no, hoy no -dijo tajante y con una mirada fija que al penetrar en los ojos de Zaira, se le iba helando la sangre por momentos.

-Abdul, ¿te ha pasado algo?-habló temblorosa y con un pálpito en el corazón, de que algo sucedía y el asunto era ella.

-Vamos Zaira, sálgamos de aquí -se mostró autoritorio, y poco agradable.

Zaira cogió las llaves, con una mirada cándida y apenada y salió con Abdul por la puerta.

En la calle hacía sol, pero no mencionaron palabra hasta que llegaron a un lugar más privado. Era una avenida más solitaria que horadaba un parque precioso con una grandiosa vegetación.

-Zaira, no me interrumpas por favor y escucha: ¡Yo no puedo más, esto se acabó!, no puedo seguir con este engaño, te estoy engañando a tí y a mi mismo, y no quiero casarme contigo. Tú eres una chica preciosa, pero no te quiero, nunca te he querido y me he aprovechado de tu amor por mí, y estoy harto, nervioso, y me siento mal.

Porque te diré algo- se dirigía a ella, y palabras eran cada vez más impetuosas y firmes- yo puedo ser un mujeriego con mujeres a las cuales ni yo les importo, ni ellas a mí, pero es que te veo a tí... y, con esos ojos de esperar algo que ni por asomo nunca te daré.
- Zaira, (ahora su voz sonaba más suave)- continuaba de manera menos acalorada- no es por nada, pero te he visto crecer, eres como mi hermana. No siento amor romántico, ni sexual por tí. No siento más que cariño. Lo siento, no quiero verte más, porque veo tu dolor, y me duele a mí. No soy mala persona, simplemente me gustan las mujeres y a tí no te quiero, y bueno pero eso no significa que sea un ser cruel, ya sé que me lié contigo y me porté mal, tal vez probé a ver si me gustabas, pero no sé, cada vez que lo pienso lo tengo más claro.

El corazón de Zaira se quedó helado, temblando, y llorando, y por ese mismo parque, en el cual jugaban de pequeños, Abdul se alejaba poco a poco, y ella sentada en un banco para contener el aliento, lloró con desgarro y desesperación.
Se iba su amor, el chico que siempre había amado, la persona que era todo en su vida desde que tenía uso de razón, y ella no podía impedirlo.

3 comentarios:

Jose dijo...

Me has sorprendido, Abdul es honesto, sí. Pero yo le veía acabando con ella. Sin hacerle daño a Zaira y con un final feliz y comiendo perdiz (todavía no ha acabado, lo sé).

Me gusta, porque el chaval es sincero, primero consigo mismo y luego con ella. Creo que ambas cosas son importantes.

Está siendo muy buena historia, no me cansaré de repetirlo.

Enhorabuena.

Besitos ;)

Miguel Angel dijo...

Vaya, pobre Zaira, la han roto el corazón. Bueno al menos él ha sido sincero pero me da la impresión que ha jugado con ella. Lo que está claro que es un golfo de mucho cuidado, jaja

Besos (:

Vick-al dijo...

Sí, pero como lo había planteado no tenía un final muy feliz, gracias por leerlo, un beso.

Bueno Miguel, pues sí, es un picaflor, pero de eso se trataba, que no quería seguir jugando y se dió cuenta del daño que hacía.

Besitos.

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...