domingo, 27 de marzo de 2016

La primavera

 No sabía que no volverías a un abrazo o a un beso, pero sí sabía que no haría falta porque ya me quedé contigo, sí -es decir- con tu olor, tu sabor, tu color.

Yo pensé que no me hacía falta nada más en el mundo para poder volar,  era libre como tú y disfruté de momentos saciantes de amor y luz. Encaminada por tus pasos me hallé como una persona feliz y completa.

 No me importó no volver, o que no regresaras a encaramarte en mis hombros y así poder guiarte por mi mundo, - un mundo que soñé juntos-. ¡Cómo te amo! quedaste en mis movimientos,-movimientos que hago al andar, al abrazar, al besar, en  sutilezas pequeñas de mis rutinas, creo que si así podría llegar a encontrarte-. 

-¡Cómo te recuerdo!- Yo no sabría explicarte el impacto que me dejaste como un golpe en un choque me invadiste, creí que me mareaba, me caía por un precipicio. Recuerdo tanta emoción al verte,  que me hizo temblar, eras todo para mi, el principio y el fin.

Dime donde puedo buscarte, no me importa el tiempo, la distancia, quiero volver a sentir aquella sensación incontrolada de ardor y pasión, para sentirme única, y viva. Eras mi vida, sin ti yo estoy vacia.

3 comentarios:

Jose dijo...

Es curiosa la manera en la que algunas veces vemos nuestra verdad al mirar los ojos de otra persona.

Y paradójico...

Yo dijo...

La añoranza de lo perdido... De lo que se tuvo y se perdió. O de lo que pudo haber sido y no fue.

¿Qué duele más?

No sabría decirte. Lo que sí sé es que nada de lo que has escrito me es ajeno.

En realidad no creo que a nadie se lo resulte.

Por desgracia es un sentimiento que creo que todos, alguna vez, hemos experimentado.

En fin... qué vamos a hacerle...

Besos.

Vick-al dijo...

Pues vaya dilema, es verdad, yo creo que duele más lo que se pierde porque en parte alguna vez fue tuyo, y lo otro da rabia y coraje, creo yo.

Es fatal de cualquier manera, es cierto, qué cosas escribo.

Voy a animarme más con la primavera :)

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...