sábado, 20 de septiembre de 2014

Un poco de ritmo para un cambio al corazón




Nada pasó porque sí, era su vida no quería estar atrapado en un pasado. 
Cambió de imagen, abrió su mente, pues hizo cosas que nunca había pensado hacer. Se convirtió en otra persona y llenó su vida de poesía. Porque necesitaba cambiar para encontrar a la otra persona que había dentro de sí. Ya no era un tipo rancio, buscó al tipo afable en otro corazón o perdón el mismo que ya no reconocía como suyo. Se enamoró y dijo que ya no iría con traje, los cambió por una mochila, dejó el dinero que ganó en el banco y viajó como nunca había creído poder viajar. Tenía mucho dinero pero se hospedó en las peores pensiones durmiendo en literas con mucha gente y descubrió experiencias. Amó a gente que encontró y creó consigo los mejores amigos, los cuales eran gentes sin futuro o posibilidades pero con gran creatividad y ganas de trabajar. Lo dejó todo, un buen trabajo, el lujo de un coche y una casa, y buscó algo más auténtico. Eso era lo que siempre deseamos todos en nuestro interior;  algo que el dinero ni el poder puede comprar: el respeto, el aprecio, la admiración, sentirnos útiles, y el amor.

2 comentarios:

Jose dijo...

El dinero puede comprar esas cosas si no te importa que sea falso. Falso respeto, falso aprecio, falsa admiración y falso amor.

Ya es cuestión de lo que a cada uno le llene más.

Por cierto, esto es ya es cuestión de operatividad a la hora de entrar en tu blog. La foto del dibujo en el encabezado, ¿la podrías poner más pequeña? Cada vez que entro en tu blog, a mi portátil le cuesta horrores cargarlo.

No es mi intención estropear el diseño de tu blog, si no queda bien déjalo tal cual.

Besos ;)

Vick-al dijo...

Ah perdona te la quito, la verdad es que es un poco mastodonte y oye...que no la quito por tí sólamente jajaaja besitos, como siempre es verdad lo falso para quien quiera vivir en una mentira :)

Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...