El aire se balancea en un sonido ineficaz
Cambia el sendero de tus besos, ni la brisa, ni el viento sonará igual.
Te busco en el bosque, las hojas caen secas, necesito del Otoño -¿te volveré a ver?.
Caricias acabadas, el tiempo me dirá, tu voz ya no sonará, pero el paso del río no sondeará más tus brazadas: armónicas, eternas, mezcladas con el calor corporal, emergen del agua sin pensar en más.
Te echo de menos; siempre te lo digo, porque son las palabras más sencillas, vulgares, y comunes pero a la vez las más reales,
Te echo de menos, sin más.
Volveré a verte seguro, iremos al bosque a retornar lo que nunca acabaó, pero me tumbó sin emociones, con dolor en súplica. Y me dejé exhausta y buscándote más que nunca. Necesito un momento más para acabar o proseguir, no sé qué tendrá más sentido, pero no se puede quedar así, así digo sin más. Yo te echo de menos, pero ahora con más.
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