Mirando aquella gota de lluvia, resbalando por el cristal, transparente como el color cálido y verdoso de tus ojos, como tu frescura al despertar.
Yo miraba como se desjopaba de su forma poco a poco al caer, como se deshizo mi sentimiento al alejarte de mi. Y en mi melancolía recordé como me besabas; esos suaves labios, cálidos y esponjosos, mi amor se hacía agua, mientras tu eras todo para mi.
Así pues, yo no pude olvidar ni evaporar como agua de lluvia mi recuerdo apasionado por tu piel, cuya blancura cubría la mía, fundiéndose en en un efímero momento de paz..
Ese agua resbalaba tu sedosa piel, y era cuando el calor penetraba en nuestro dedos al acariciarnos sin parar, entre sudor y ardor, era todo pasión. Te resbalabas a través mia, y eso hacía que no encontrabamos el principio el versus ni el fin de nuestros cuerpos, almas perdidas en furor, dedos entrelazados acariciándose mientras nuestros ojos intimaban en lo más profundo.
Siempre te he querido.
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