Y paso las horas contigo, en tu portal. Hablamos de cosas superfluas, pero noto que me escuchas. Me miras cuando me aparto el pelo de mi cara, siguiendo paso a paso todos mis movimientos.
Te has dado cuenta que me pongo nerviosa, y me rio, como si nada me importara. Y eso te ha puesto muy sensible.
Ahora eres tú, el que agitas tus manos para hablar y fijas tu vista en algún punto lejano a mí, como si quisieras que escuchara algo interesante, y te da vergüenza que te mire mientras hablas.
Te cuento de mi vida, y me dejas hablar, porque tu sabes lo que me cuesta hablar de mis cosas privadas, apenas preguntas, y te limitas a escuchar sin decir palabra. Creo que te da miedo a preguntarme por si acaso me callo.
Es posible. No lo sé.
Lo más curioso es que de esta manera, empiezo a relatarte detalladamente muchos puntos de mi vida, miedos, emociones, incluso creo que mis palabras salen de mí, sin tener unas pautas mínimas, el caso es que ....empiezo a hablar..me dejo llevar..mis manos se mueven al sonido de mis palabras y tú sigues ahí callado mirándome y con una sonrisa en la boca
Gracias.
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