Sentir tu calor, en una mañana fría de domingo, es posible si te noto respirar junto a mí.
Te beso la mejillas y coloco la mía cerca tuya, ahora ya me hablas de pasión, me abrazas y me acaricias por toda la blusa, no sé donde dejé el chaquetón, quizás posado en el banco.
El mar de fondo, las palmeras y aquella montaña a lo lejos, parecía enmarcarnos en un cuadro, o tal vez en el tiempo, para sellarnos cual obra de arte; tus labios.
Elevados al cielo, frío otoño no nos dejes pasar, no digas que mañana será lunes y no podré verte, ni sentirte.
Y déjanos simplemente estar apasionados, enamorados, y lejanos de toda la realidad.
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