En nuestros comienzos, tú eras el chico "irresistible para mí": todos tus gestos, miradas y sonrisas era luz en mi miel, pero todo eso pasó con el tiempo, y ahora me atrae más tu personalidad, porque eres franco y claro y me dices lo que quieres, eso me incita hacia tí irresistiblemente. Ya no hay paso a la timidez, al fingimiento a intentar gustar. Ahora hablamos claro, pues, porque la vida tiene que ser así, querernos como somos, sentirnos y actuar con comodidad. Ahora es diferente.
Eres Bilbao y el recuerdo de un paseo, porque han pasado muchos años, pero ando a tu lado, aunque estés a muchísimos kilómetros contigo sentí el "arte" en mi piel, y eso te lo debo, dulce amigo. El chico que una vez, en un viaje para estar con la familia conocí y que el tiempo me hizo ver que aunque tenemos personalidades diferentes, nos gusta sentirnos bien juntos, en el punto en el cual, la atracción se acabó y se convirtió en una buena amistad.
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