domingo, 19 de diciembre de 2010
Un encuentro inesperado. Capítulo sexto.
Gabriel lo organizó todo su maleta y se dirigía al aeropuerto rumbo a Murcia. Allí estaría Marta esperándole.
Era un día frío de Diciembre, Gabriel va embarcado en su avión, se sentía extraño, nunca había realizado una acción tan repentina por nadie, así casi sin pensar. Se encontraba algo nervioso, no sabía si todas sus ilusiones iban a ser satisfechas, después de todo era una sensación desconocida para él, pero su corazón le daba toques de aviso de que no se equivocaba, que estaba haciendo lo correcto. Miraba por la ventanilla y había pedido un café a la azafata, la cual le había parecido muy amable, incluso se tocó el pelo al servirle, pensó que estaba coqueteando, a pesar de todo no le importó mucho, su mente estaba en otro sitio, con una gran emoción que intentaba disimular ojeando la revista que le habían ofrecido, sin casi leer nada, miraba, tomaba café, volvía a mirar la revista...no sabía que hacer.
La hora prevista de llegada sin retraso alguno, cosa que hubiera preferido para relajarse un poco, pero el destino marcaba desde entonces su paso sin piedad, y la aventura hacia lo desconocido, hacía que empezara como si de un relato de misterio se tratara.
Bajó por las escaleras, previamente la azafata le deseó feliz destino, y él la miró un poco asustado, sin apenas saber que contestar. Se apresuró a recoger la maleta, pero no sabía si Marta diambularía por allí, aún así quiso estar preparado, aprovechó y fue al baño y se perfumó con una esencia fresca. Mirándose al espejo de aquel baño, de aquel aeropuerto, se sorprendió viendo su imagen con la expresión tímida, sintiéndose como un adolescente, igual de asustado, retrocediendo a sus 15 años, recordó cuando invitó a Mariela a salir. No podía ser a su edad..¿Qué estaba pasando?.
Salió del baño, y a lo lejos la vió, con expresión tímida, pelo moreno y flequillo, carita sonriente y aquella dulce sonrisa que había sido la causante de que él estuviera en ese momento allí.
Se acercó a ella y se besaron en las mejillas lentamente, fue un momento esperado, no había tiempo que detuviera ese beso, lento, pausado, necesitado de cariño, y así por primera vez se miraron a los ojos.
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4 comentarios:
Poddió poddióooooo ¡qué bonito!. He tardado en ponerme al día con todas las partes pero me ha encantadooooooooooooo.
Ains.
Ya estoy tontita pa to lo que me queda de tarde...
¡Y qué antojo de magdalenas y chocolate!
Besos ^^
Me vas a sonrojar...Hey..¡Qué tu también escribes muy bonito!!! pos noooo estoy yo orgullosa de mi amiga "yo" ni naa...
Este es mi toque murciano jajjajjaja
La verdad que estos relatos tan profundos y llenos de sentimientos y de pasion en estas frias tardes de casi invierno pues reconforta a uno el corazon.Muy bonito ):
Besos Victoria
Gracias por leerme, y bueno si se trata un poco de eso, de entrar en calor, ese calor romántico que nos hace soñar.
Un beso muy grande
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