Me encontraba cansada, siempre después de los vuelos me entra una especie de sueño que me deja atontada.
-Me acababan de destinar a Roma, en mi empresa se produjo una expansión para abrir unas oficinas de Turismo. Mi trabajo sería de guía, y yo me encontraría haciendo "tour turísticos".
Aquel sueño creo que era fruto de una semana sin dormir bien por sensaciones como: la emoción, los nervios, una mezcla de incertidumbre en mi pensamiento.
En parte tenía miedo, porque iba sóla y sentía la inseguridad esa.. de un país extranjero y no conocer, en fin, que me producía una cierta tristeza.
Así que por un lado tenía la energía y pasión de querer comenzar con mi soñado trabajo y por otro: pena, inseguridad, un tanto de miedo que me hacía perder el sueño por la noche.
Aún así las ganas habían superado a la desconfianza, y me encontré pisando Ostia por primera vez. Cogí un taxi y me dirigí a un piso compartido (que al menos para mi consuelo, sabía que había un chico español), y pensé para mí lo típico que se suele pensar, pues que ojalá fuera simpático y me ayudara en manejarme por allí, y las otras dos chicas era de Milán con trabajos en Roma.
Me pareció cuando lo visité por la agencia que era un piso agradable, luminoso, pequeño, y algo céntrico, nada menos que cerca de La Piazza Barberini y cerca de La Fontana, un lujo.. mayormente para ahogar mis penas en bocatas de porqueta y cerveza si la cosa anda mal.
Y ya os he puesto en antecedentes, y como estoy cansada y con hambre primero iré a comer algo porque necesito relajarme antes de enfrentarme a un montón de cosas nuevas, que me aturullan la mente; me refiero pues: a un piso nuevo, gente que no conozco, el primer día de trabajo, ciudad que tampoco me desenvuelvo..a ese tipo de cosas me refiero.
-Me acababan de destinar a Roma, en mi empresa se produjo una expansión para abrir unas oficinas de Turismo. Mi trabajo sería de guía, y yo me encontraría haciendo "tour turísticos".
Aquel sueño creo que era fruto de una semana sin dormir bien por sensaciones como: la emoción, los nervios, una mezcla de incertidumbre en mi pensamiento.
En parte tenía miedo, porque iba sóla y sentía la inseguridad esa.. de un país extranjero y no conocer, en fin, que me producía una cierta tristeza.
Así que por un lado tenía la energía y pasión de querer comenzar con mi soñado trabajo y por otro: pena, inseguridad, un tanto de miedo que me hacía perder el sueño por la noche.
Aún así las ganas habían superado a la desconfianza, y me encontré pisando Ostia por primera vez. Cogí un taxi y me dirigí a un piso compartido (que al menos para mi consuelo, sabía que había un chico español), y pensé para mí lo típico que se suele pensar, pues que ojalá fuera simpático y me ayudara en manejarme por allí, y las otras dos chicas era de Milán con trabajos en Roma.
Me pareció cuando lo visité por la agencia que era un piso agradable, luminoso, pequeño, y algo céntrico, nada menos que cerca de La Piazza Barberini y cerca de La Fontana, un lujo.. mayormente para ahogar mis penas en bocatas de porqueta y cerveza si la cosa anda mal.
Y ya os he puesto en antecedentes, y como estoy cansada y con hambre primero iré a comer algo porque necesito relajarme antes de enfrentarme a un montón de cosas nuevas, que me aturullan la mente; me refiero pues: a un piso nuevo, gente que no conozco, el primer día de trabajo, ciudad que tampoco me desenvuelvo..a ese tipo de cosas me refiero.
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