No sabía que no volverías a un abrazo o a un beso, pero sí sabía que no haría falta porque ya me quedé contigo, sí -es decir- con tu olor, tu sabor, tu color.
Yo pensé que no me hacía falta nada más en el mundo para poder volar, era libre como tú y disfruté de momentos saciantes de amor y luz. Encaminada por tus pasos me hallé como una persona feliz y completa.
No me importó no volver, o que no regresaras a encaramarte en mis hombros y así poder guiarte por mi mundo, - un mundo que soñé juntos-. ¡Cómo te amo! quedaste en mis movimientos,-movimientos que hago al andar, al abrazar, al besar, en sutilezas pequeñas de mis rutinas, creo que si así podría llegar a encontrarte-.
Dime donde puedo buscarte, no me importa el tiempo, la distancia, quiero volver a sentir aquella sensación incontrolada de ardor y pasión, para sentirme única, y viva. Eras mi vida, sin ti yo estoy vacia.
3 comentarios:
Es curiosa la manera en la que algunas veces vemos nuestra verdad al mirar los ojos de otra persona.
Y paradójico...
La añoranza de lo perdido... De lo que se tuvo y se perdió. O de lo que pudo haber sido y no fue.
¿Qué duele más?
No sabría decirte. Lo que sí sé es que nada de lo que has escrito me es ajeno.
En realidad no creo que a nadie se lo resulte.
Por desgracia es un sentimiento que creo que todos, alguna vez, hemos experimentado.
En fin... qué vamos a hacerle...
Besos.
Pues vaya dilema, es verdad, yo creo que duele más lo que se pierde porque en parte alguna vez fue tuyo, y lo otro da rabia y coraje, creo yo.
Es fatal de cualquier manera, es cierto, qué cosas escribo.
Voy a animarme más con la primavera :)
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