Normalmente cuando llego a las ochos menos diez para abrir, siempre voy un poco con el ojillo pegado, luego me tomo un café y empiezo a preparar todo. Pero para mi sorpresa apareció mi desconocido jaja, casi nos chocamos porque no nos conocíamos y andábamos medio zombis los dos. Bueno tras unas miradas, él me dijo:
-Buenos días, perdona creo que no te han avisado, yo soy Miguel y vengo en puesto de Lucre- me dijo con un gesto de resignación-.
-Ah, pues vaya que no -respondí un poco enfadada a pesar que observaba lo guapo que era-.
El caso es que entre la frialdad del momento, el sueño y recodando lo bruja por no avisarme, nos dimos la mano. Le indiqué su asiento y vino Fran el director, y Magi la interventora.
Todo trascurrió con normalidad, como venía de otra sucursal no le hizo falta indicaciones, no era un becario. Yo pensé que estaría molesto por el cambio, ( a casi nadie le gusta que lo cambien, pero no lo pregunté, porque su actitud era positiva, y no lo parecía, al revés se hizo con la clientela, y las ancianas se reían con él y hacían los típicos comentarios jaja).
En cuanto llegué a casa llamé a Lucre para ver como estaba (aunque no somos íntimas a nadie le gusta estar con gripe y siempre da consuelo que la llamen a una en esos momentos). Pero como no soy una pasmá le dije que podía haber avisado antes, que somos compañeras y eso. Ella se excusó diciendóme que había hablado con Fran y que le entró fiebre se echó a dormir...y bla y bla, ( si lo llego a saber que me tiene 20 minutos más y eran las 4 sin comer me callo y ni mu).
Continuar...
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