Me dijíste que hiciera lo que hiciera no llegaría a tí, porque mis sentidos son diferentes, y mi manera de pensar es complicada.
Yo nunca pensé que fueras inalcanzable y me quise arriesgar pero tuvíste razón. Y lo más gracioso de todo este asunto es que al final llegué y no me gustó, tal como me vaticinaste.
Tú tenías razón, no somos almas unidas, no te buscaré ya nunca jamás porque no me darás felicidad. Pero te quiero y tú a mi tambíén, y no volveremos a vernos.
Ya nunca jamás.
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