Una tarde lluviosa pone fin al que sería un encuentro no poco casual con alguien importante. Ahora estoy en la oficina y con un compañero haciendo sus trabajo, me siento mejor, porque la lluvia ha puesto comienzo a una tarde gratificante. He dejado las puertas abiertas y veo el caer de las gotas de agua. No parece importar el tiempo, la suave brisa que entra por la puerta me hace sentir una sensación agradable, poco usual.
Normalmente mi vida no es así no estoy en la oficina tan tranquila ni llueve, ni pasa nada agradable. No tengo casi familia, tan sólo mi marido y un hermano, me gustaría pensar que aunque sea imposible para mí algún día tendré hijos pero se queda en un sueño.
Continará.....
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