¡Qué decir tiene que el entorno era mágico!!
Era una catedral derruida, cogí un coche para llegar hasta ella, porque aunque ya no estás cerca, fuí a visitarte.
La noche apuntaba cercana, las gaviotas antes de oscurecer volaban bordeando con sus aires de invadir sin pedir permiso el precioso cielo de Julio.
Las nubes desaparecieron junto con las aves. Y entró la oscuridad. Unas velas iluminaban los rincones escondidos de lo que serían imagino capillas en la naves laterales, encóntrandose con la bonita nave central.
Un trompetista noruego, con miles de experimentos en sonidos culminó la noche estrellada.
Entre ruinas.... de lo que una vez la guerra maldita se llevó, destruyó y nos dejó en soledad, inmundos, e hinóspitos sin su belleza.
Este juego de luces y sombras nos hacía caminar por su estilo neorrománico, aunque no se pudo entrar a su cripta que contiene un bonito mosaico del siglo I a.C.
Entre ruinas.... de lo que una vez la guerra maldita se llevó, destruyó y nos dejó en soledad, inmundos, e hinóspitos sin su belleza.
Este juego de luces y sombras nos hacía caminar por su estilo neorrománico, aunque no se pudo entrar a su cripta que contiene un bonito mosaico del siglo I a.C.
Destrozada con recuerdos dolorosos, nos conformamos con lo que queda que son: pilares, columnas y portada neorrománica. Bonitos decorados nos hicieron pasar una noche de ensueño. Pudimos acercanos a los miradores para observar la noche.
Os dejo fotitos por curiosidad.
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