Tú, respiras en mí, juegas con mis labios y pareces sacudir mis temblores cuando ante tí me veo.
Es el nerviosismo de verte reir, salir y poder sentir el frío invierno en nuestras manos al encontrarse.
Posees esa extraña templaza que me hace morir de paz.
Y eres el fuego de mi piel cuando la logras expandir.
Yo, soy alma vibrar, cuando llega es pues un torbellino a gritar.
Envuelves poder ante mi presencia, y salimos corriendo de la mano, sin rumbo, sin saber donde podríamos llegar juntos.
Pero estamos ahí, vibrando sin parar, riéndonos a voces en el viento que se difunden.
Corre, vuela y salta.
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