El calor de una chimenea ardiendo hace su llama más viva.
Y miro a un lado y veo que queda la huella de tus pasos en el salón.
Entro en la habitación y veo que el aroma a tu piel sigue.
Me siento culpable, porque me siento bien, ahora estoy tranquila, llena de ilusión y esperanza.
Tú no volverás a mí.
-Es que lo intenté amor, pero no sentía, no veía, no quería.
-Es que no sé cómo decirte, que quise quererte por todo lo que me amaste: tu bondad, tu suavidad.
Pero no pude, mi cuerpo me avisaba, me sentía encerrada en tí, no podía salir y entraron los nervios, la ansiedad, la culpabilidad, y el no saber qué decir.
Lo siento amor, estoy mejor así.
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