Y así llego mi primavera, pues un sentimiento extraño acontecía, no habían flores, ni soles, ni amaneceres.
Mi cuerpo sentía el helor del invierno, no se había descongelado todavía, ni de tus frías miradas, ni de tus anhelos no saciados.
Pero la luz se encedió una noche de Primavera, te volví a ver, tampoco habían caricias ,ni besos, ni abrazos, simplemente como una suave brisa te acercabas a mí. Todavía todo era distante, y yo temía no hacerte sentir, no hacerte reir, no saber que decir.
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