No imagines un cielo sin mí, es posible que la noche no me deje verte.

Sal y escucha la alondra tocar, puede que el sonido penetre en mis sentido una vez más.

Acompáñame tan sólo a pasear, vayamos a sentarnos y mirémonos a los ojos para hablar suave y lento.

Poder ver en tu mirada ese destello de seriedad y miedo que muestran tus ojos cuando estás enamorado.

Esa mirada desafiante de amor, me vuelve loca  y hace que el hormigueo por mi cuerpo sea más chispeante.

Cógeme la mano, y haz que no la sienta del miedo que me da, ver lo mucho que te quiero.

Y quédate.....

Ahora, en este momento sólo necesito que me hables, no quiero más, que me relajes, porque creo que te amo tanto que no puedo gesticular nada más.

Qúedate conmigo....