domingo, 28 de mayo de 2017

En la playa, Capítulo I

Era una mañana de domingo y estaba tranquila, un clima cálido agradable en aquella playa del Mediterráneo. Paseaba con mi bebé de un añito,  y parecía en paz, pues me había dado una noche de perros y rabietas, que ahora por lo menos me dejaba respirar el aire tranquila.

 No me sentía sóla, porque desde que nació Daniel a pesar de que su padre no quiso saber nada más de nosotros, no sentí ese vacío tan cruel en mi estómago, tan sólo decepción o no sé quizás me bajo la moral mucho, porque al principio pensé que no lo estaba haciendo bien, luego comprendí que no era culpa mía, (él nunca nos quiso, esa es la pura verdad y no hay más).

Todo parecía superado, aunque a veces me invadía un halo de nostalgía, pero al menos ya podía sentirme a gusto conmigo misma.
Me senté en unas rocas para descansar, ahora Daniel dormía, y en cuestió de segundos un chico se me acercó, (llevaba un aire despeinado, venía de correr, y se le olía a sudor varonil a la distacia). Se paró respiró mientras agachaba su espalda hacia abajo, en un amago de descanso, me miró girando su cuello y respiró.

-Hola -dijo el joven contemplando mi bebé.
-Buenos días- le respondí como si nada.
-¿Puedo sentarme un segundo contigo?- es que....tengo algo que decirte,-empezó hablando rápido.
- Yo...,en fin, que puede que no me conozcas, pero yo te he visto varias veces pasear con tu niño y me acuerdo de ti.
 -¡Verás!,  yo solía veranear aquí y aunque no me recuerdes porque tú ibas con un chico siempre, yo vivía al lado de la playa y te solía ver todos los días, y por supuesto el mismo ritual jajaa. -una carcajada rompía la brisa de manera brusca.
 -Un mismo ritual, ajá - le miré perpleja, y le pregunté con curiosidad.-¿A qué te refieres,me refrerscas la memoria?, si no es mucho pedir... -uhmmm, empecemos.., ¿de hace cuánto te remontas?- ahora yo también sonreía al escuchar ese relato pararelo a mi adolescente vida.
-Ok, ok,-me miró entusiasmado- Tú solías bajar de la mano con un chico, y os sentábais en una toalla junto con otros chicos más, tendríais 18 más o menos, pero tú no solías bañarte y te quedabas con la crema y con unos auriculares escuchando música, lo que me llamaba la atención es que salvo algún beso, tampoco os mirábais mucho, era como estar juntos porque es verano, la edad, y es lo que se suele hacer, era mi opinión de un chico que deseaba ver que tú no le querías  y que quizás una noche o una mañana me conocieras- pero eso no pasó jamás susurraba mientras me contaba. 
-Ahmm,- menené la cabeza, rebuscando en mi memoria. -Ah, ya recuerdo era Juanmi, sí, pues....es cierto que sí me gustaba, lo pasaba bien, pero no era un enamoramiento profundo, aunque tuvo su gracia, sus buenos momentos, ya me entiendes románticos y eso, no estuvo para nada superficial, fue muy bonito.-le hablaba rápido y emociada por el recuerdo.
-Ya imaginé, cuando comprendí que no cortabas y todos los días esas manitas juntas, que tanta cosa me daba- (debo confesarte que me encantabas, toda tú, tus manos, tus gestos, tu pelo, tu risa, y solía pasar cerca para mirarte)-me miraba con penilla, al oir mis palabras.
-Bueno ya lo sabes,me llamo Fer, de Fernando y soy de Madrid, por eso sólo era verano, y nunca más supimos.
-Encanta Fer- le miré con cariño, (no me sonaba de nada), como la primera vez que ves a una persona. Aunque sus ojos no me parecían extraños y eso me calmó.
-Mira, lo siento mucho, y me alegro de conocerte, pero tengo que volver Daniel, es mi bebé sí, y tengo que ir a por un biberón, pero me gustaría charlar más, ¿te importa un café mañana tarde, o te irás a Madrid?. -Ahora, me sentía nerviosa, pero la curiosidad me ponía un poco alterada.
-No, me quedo una semana, un café muy bien, en ...Pony's pub, jaja, típico ¿no?- reía, y me guiñaba el ojo-
-También ibas jajaja, imagino, bueno sí allí a las cinco.
-Te esperaré guapa, hasta mañana.

Me levanté,  y a eso de guapa, bajé la cabeza, porque no estoy casada, aunque a veces me siento una señora, más que una chica, así que me fuí despacio y sonriendo por lo ocurrido



Estas Navidades

  Todo aparece y desaparece en un segundo, es el tiempo el que trascurre sin pensar, o sin parar.   Y en cada  atardecer estás ahí, parada o...