Eran días apagados y cubiertos por nubes, pero en los locales cálidos se respiraba a Navidad, los sentimientos esperanzaban un poco de sensatez a un mundo que peleaba, y sacrificaban sus destinos entre guerras y penurias. Así, tristemente cada soplo de corazón, buscaba algo de verdad y amor.
Pero me dijeron que todo era mentira, que la gente es egoista, y materialista, me dijeron que no existe el AMOR.
Sin darme cuenta....
Esta mañana me encontré con una niña pequeña, en sus ojos pude encontrar la inocencia, nada que ver quizás con otra niña en guerrra o pobreza.
Se solaparon dos mundos diferentes, sentimientos y pensamientos encontrados,
-¿Por qué una niña es feliz en su casa con sus padres, respira paz y tranquilidad, y otra busca comida y a saber que cruel destino le esperará?- le pregunté a mi amigo (el cual ha trabajado de periodista en países de conflicto bélico).
Y él me dijo con sensatez....La felicidad y amor sigue vivo, las luchas injustas, nos destrozan por un lado pero también nos hacen fuertes. Te diré Victoria, que esa niña de ese país, se aferra más a lo que tiene y sabe vivir si le faltara, hay pena en su corazón pero es más sabia y quizás yo diría que más evolucionada emocionalmente a pesar de su miseria porque sabe que tiene que vivir como pueda y aprende cada día.
Piensa que el amor sigue por el mundo, quizás una niña pequeña en otro país aprenda por sobrevivir, mientra otra aprende música pero los corazones, el amor y esperanza sigue, porque es la razón de nuestra existencia, amar tanto si tenemos mucho como si no, porque lo material no alimenta el corazón.