Lo más curioso de todo fue que cuando estuvimos formándonos en el curso, hubo un tipo de complicidad pero yo no sabía que estaba enamorado de otra chica. Lo que pasa es cuando vemos un soltero damos por acierto que es soltero y que no tiene su corazón ocupado, porque necesitamos que nos llene a besos nuestro solitario y destrozado corazón, pero la realidad es diferente.
Hubo un momento en aquella tarde cuando salimos del curso que estuvimos hablando y fue así coloquialmente, como contando cosas nuestras salió el terrible tema, y bueno ya os podéis imaginar...yo dando consuelo y esperanza. Aún así también hubo un momento que se inició una gran confianza y acercándonos como si el destino nos empujara de golpe por la espalda nos besamos y fue un instante pero un gran cúmulo de energía mezclada en mis ojos llorosos con algo de consuelo, (al menos obtuve un beso que calmó mi triste corazón), es como pedir qué: -¡por favor durante un segundo pero quiéreme ese segundo, que lo necesito!-, pero una voz interna dijo"ya basta" no te conformes con tan poco no lo mereces, mereces más o mereces todo.
Pues gracias a esa voz, tuve el valor de decirle: -Tú me gustas pero quieres a otra, y eso no es bueno para mi soledad, y si amas a otra persona es mejor que paremos ahora.- le solté con el poco valor que me quedaba, pero lo logré.
Y así, después de ver su cara de asombro y pena, conseguí convencerle de la realidad, la cual no sería otra que volveríamos al banco, a nuestras rutinas y seríamos sin duda los mejores compañeros, pero nada más.
Me levanté y le devolví un beso en la mejilla, y me dirigí al hotel, más destrozada y sola que nunca.
Hubo un momento en aquella tarde cuando salimos del curso que estuvimos hablando y fue así coloquialmente, como contando cosas nuestras salió el terrible tema, y bueno ya os podéis imaginar...yo dando consuelo y esperanza. Aún así también hubo un momento que se inició una gran confianza y acercándonos como si el destino nos empujara de golpe por la espalda nos besamos y fue un instante pero un gran cúmulo de energía mezclada en mis ojos llorosos con algo de consuelo, (al menos obtuve un beso que calmó mi triste corazón), es como pedir qué: -¡por favor durante un segundo pero quiéreme ese segundo, que lo necesito!-, pero una voz interna dijo"ya basta" no te conformes con tan poco no lo mereces, mereces más o mereces todo.
Pues gracias a esa voz, tuve el valor de decirle: -Tú me gustas pero quieres a otra, y eso no es bueno para mi soledad, y si amas a otra persona es mejor que paremos ahora.- le solté con el poco valor que me quedaba, pero lo logré.
Y así, después de ver su cara de asombro y pena, conseguí convencerle de la realidad, la cual no sería otra que volveríamos al banco, a nuestras rutinas y seríamos sin duda los mejores compañeros, pero nada más.
Me levanté y le devolví un beso en la mejilla, y me dirigí al hotel, más destrozada y sola que nunca.